¿Puede errar la voluntad general?

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Jean Jacques Rousseau expone, en su obra El Contrato Social, que nuca se corrompe al pueblo pero a menudo se le engaña. Es cuando se le engaña, dice, que el pueblo parece querer lo que es un mal o lo que definitivamente no le conviene.

Para evitar ser engañado, asevera el francés, el pueblo debe estar bien informado. Si lo está, asegura, la deliberación siempre será buena y resultará siempre la voluntad general, aunque los ciudadanos no tuviesen una comunicación entre sí.

Las citas de Rousseau son atingentes porque los colimenses volveremos a estar inmersos en un nuevo proceso electoral. Habrá, como en los pasados comicios, mucha estridencia mediática pero pocas propuestas ya planificadas y sobre todo viables.

Lo que le urge a Colima es tener un gobierno fortalecido que eleve los indicadores de calidad de vida de los ciudadanos. Que le dé rumbo y certeza a la población con sus acciones. El gobierno de Pérez Díaz está generando estas condiciones, pero se requiere de un proyecto de gobierno a largo plazo para cumplimentar la estabilidad.

Habrá candidatos, como ya los hubo en la pasada elección, que buscarán el show, el espectáculo mediático para distraer a la población de su nula propuesta de gobierno. Creo que en esta ocasión serán menos lo engañados, y como dice Rousseau se volverá a respetar la voluntad general.

Dos puntos:

De todos los posibles candidatos a gobernador –Martha Zepeda, el general Gallardo, Ignacio Peralta, Leoncio Morán–, sólo hay uno que no es honesto, congruente y que traería consecuencias terribles para el estado de Colima. No falta decir su nombre. La gran mayoría de la gente en Colima ya sabe quién es. De hecho, es posible que por su falta de escrúpulos a la hora de violar la ley no participe en este nuevo proceso electoral. Lo anterior se confirmará dentro de poco.