El fenómeno de las autonomías estudiantiles en la U de C

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“Me gustan los estudiantes que marchan sobre las ruinas,
con las banderas en alto va toda la estudiantina” 

– Mercedes Sosa

La Federación de Estudiantes Colimenses (FEC) se ha convertido, a través del pago de favores hechos al Grupo Universidad, en un organismo poderoso. Tiene, directamente o a través de sociedades de alumnos y de representantes estudiantiles cooptados, el monopolio de la organización en las escuelas, del fideicomiso otorgado por la Universidad para iniciativas del alumnado y, recientemente, de la acreditación del restablecido servicio social universitario. Sin embargo, a pesar del control que ejerce incluso sobre directivos y administrativos, en los últimos dos años han venido surgiendo colectivos de estudiantes que hacen grietas en el pesado monolito de la FEC.

La Facultad de Letras y Comunicación (FALCOM) fue la pionera en este tipo de organizaciones, con una asamblea de estructura abierta y horizontal que contaba, para asegurar la comunicación de lo acordado, con un representante por salón. Las reuniones semanales son el órgano máximo de decisión y la participación es el único requisito para formar parte de ella.

En agosto de 2012, frente a una sociedad de alumnos poco activa y con problemas de legitimidad en su elección, surge la Asamblea Estudiantil de Pedagogía. Con varias limitaciones y coexistiendo con la representación de la FEC, ha logrado algunas mejoras dentro de su facultad, como un estacionamiento de bicicletas, becas para un congreso de educación y la elaboración de un mural. Tras la nula participación de planillas en la convocatoria que la FEC lanzó para elegir la próxima sociedad de alumnos, se puede intuir que la Asamblea ha logrado permear en la conciencia de sus compañeros mostrándoles que no necesitan de una institución externa a ellos para organizarse y trabajar.

Dentro del mismo campus, en abril de este año se conformó la Asamblea de la Facultad de Turismo, tras el intento de Héctor Magaña de designar las personas que debían constituir la planilla que se convertiría en sociedad de alumnos. Ante esa muestra de manipulación, la mayoría de los integrantes de la planilla rompió con la FEC para formar un colectivo autónomo en una línea muy distinta a la de la representación oficial. Actualmente, se organizan al mismo tiempo que existe una sociedad de alumnos con problemas también de legitimidad.

En Ciencias Políticas, un colectivo estudiantil de gran politización ha estado gestionando con la dirección de su facultad la venida de personajes renombrados en la política nacional como Cuauhtémoc Cárdenas, Jesús Ramírez Cuevas y Javier Jiménez Espriú. Otras facultades que cuentan con grupos independientes de alumnos son Arquitectura y Diseño, Psicología y Filosofía.

La formación de este tipo de asambleas y colectivos es muestra clara de que la FEC no representa a la totalidad del estudiantado y que sus prácticas absolutistas y corruptas son manifiestas y están siendo desafiadas. Los universitarios se van dado cuenta de la urgencia de que las políticas estudiantiles vayan por otro camino y que ellos mismos pueden y deben tomar las riendas de ello sin necesidad de intermediarios.

Todavía quedan muchos retos para la nueva oposición a la Federación de Estudiantes, por ejemplo, la articulación de los distintos grupos en una agenda común que llene el vacío que alguna vez ocupó el Movimiento Estudiantil Disidente, sin embargo, este fenómeno tiene una importante ventaja que MED no poseía y que no debe perderse: incidencia directa en la vida de las facultades y trabajo de base entre el estudiantado.