PEMEX no se vende, el grito

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«Si el mundo no es una mercancía y si nosotros no queremos que todo esté sometido al árbitro de los mercados, ¿qué sociedad queremos construir y que humanidad queremos llegar a ser?

Daniel Bensaid.

El pasado jueves 31 enero se tuvo la visita del presidente Enrique Peña Nieto al estado de Colima para poner en marcha un programa de bosques sustentables. Dicho acto se llevó a cabo en el Parque Hidalgo. La cita era a las 11:00, el evento comenzó a las 13:00, aunado a la separación muy evidente de “clases” al frente: la vieja clase priista con sus ancianos y  reconocidos cuadros; a la derecha burócratas y empleados de las dependencias; y, en las orillas, invitados estudiantes (lo que Paulina Peña diría “la prole”), al viejo estilo priista esperando al gran tlatoani.

Comienza el evento. El gobernador es el primero en tomar la palabra. En su discurso popular menciona que Colima siempre espera a Peña con las puertas abiertas, pues desde la campaña el estado se ha portado bien con el hoy presidente, esperando que los primeros beneficios del Pacto por México se implementen aquí.

En ese momento, ante tal demagogia debo confesar que comencé con la neurosis, la impotencia de escuchar tantas banalidades, el discurso hueco y módico ante el visitante. ¿Cómo podría afirmar el gobernador tal cosa? Cuando el estado con un padrón de 467,058 ciudadanos, con una participación de (64.28%), el candidato tricolor obtuvo 122,315 (40.73%) contra los 166,970 (55.6%) que suman los principales partidos de oposición. Es decir que más de la mitad de colimenses no eligió a Peña como su presidente pese a toda la campaña mediática con televisa a la cabeza.

El siguiente en tomar la palabra fue el Secretario de Medio Ambiente, Juan José Guerra Abud, quien se limitó a decir que deben aprovecharse los bosques, comparándonos con Chile (con un superávit forestal mientras en México es un déficit forestal), como si los beneficios ambientales de un árbol pudieran ser medidos con fundamentos económicos.

El último en tomar la palabra fue Enrique Peña Nieto -quien haciendo uso de sus movimientos prefabricados- por un momento creí que a quien observaba era un artista. Un discurso hueco, leído, sin inspirar, sin levantar mayor pasión que estos tiempos reclaman. Fue en ese momento donde la neurosis salió a flote y opté por sacar de mi mochila un pedazo de cartulina en el cual se leía “nosotros sí leemos”, dicho gusto duró apenas dos minutos cuando me fue arrebatada por los elementos del Estado Mayor Presidencial que enseguida me rodearon.

A la vez que iba siendo increpado por seis elementos, escuché que entre ellos se cuestionaban “¿de dónde sacó la pancarta, quien se la dio, la hizo aquí, con quien más viene?”. Uno de ellos se me acercó a mentar madres “qué poca madre, ya nos chingaste el trabajo”. El acto protocolario continuó, Peña continuaba hablando, cuando en medio de una pausa de su discurso grité “Pemex no se vende”. Apenas terminaba de decirlo cuando me toman por la espalda me doblan el brazo y me llevan hacia la salida.

Antes de irme continuaron diciendo: “te vamos a partir la madre”, “sabes que me están dando ganas de darte unos putazos por pendejo”. Me llevan a la salida y me dicen: “Jálate”. Camino hacia la valla, que es la salida final pero pronto por megáfono dicen no me dejen salir. Me retienen ahí; llamo a un compañero de un medio local. Le platico mi caso. En ese momento, un miembro del Estado Mayor se acerca, me pide mostrar mi identificación, saco la de estudiante y accede a dejarme en libertad por la salida sur del parque. Por fortuna, en ese momento el acto terminaba por lo que salí sin mayor problema de la embabosante sede.

Actué  de manera consciente y con base a mi derecho constitucional:

ARTICULO 6°.- LA MANIFESTACIÓN DE LAS IDEAS NO SERA OBJETO DE NINGUNA INQUISICIÓN JUDICIAL O ADMINISTRATIVA, SINO EN EL CASO DE QUE ATAQUE A LA MORAL, LOS DERECHOS DE TERCERO, PROVOQUE ALGÚN DELITO, O PERTURBE EL ORDEN PÚBLICO; EL DERECHO DE REPLICA SERÁ EJERCIDO EN LOS TÉRMINOS DISPUESTOS POR LA LEY. EL DERECHO A LA INFORMACIÓN SERA GARANTIZADO POR EL ESTADO. 

Soy uno de los miles de estudiantes que defenderá PEMEX, al igual como lo hicieron los abuelos en los años 40 contra las empresas americanas y europeas con tata Cárdenas a la cabeza.

Por ello es necesario abrir caminos, romper protocolos del pasado e incidir en la política local con argumentos sólidos que demuestren las condiciones objetivas en la que vive nuestra cada vez más dispersa y polarizada sociedad. Evidenciar como el estado ha sido manejado por una oligarquía local que solo busca ver proliferar sus negocios sin importar el daño ecológico que causen sus proyectos: mineros, centros comerciales o unidades habitacionales y más recientemente religiosos.

Es tiempo de que el pueblo alce la voz y digamos a un solo grito: basta a las políticas neoliberales, basta a la desigualdad social, basta del control mediático de Televisa, basta de la absurda guerra contra el narco, basta del aumento a las gasolinas, no al incremento al IVA en alimentos y medicinas, es tiempo de unirnos para hacer frente a la derecha que viene por lo poco que les falto vender. Repensemos juntos el mundo que queremos, defendamos lo público pues es de todos, involucrémonos y tomemos partido, es tiempo de dejar de lado la apatía y comenzar a informarse.