Huyendo de la guerra en Alemania llegó a Perú. Conoció la Pampa y dedicó su vida al estudio de las líneas.
Ahi se quedó para siempre. Financiada por mujeres de diversas nacionalidades, quienes apoyaron la tarea de María Reiche, lograron que ese desierto fuera declarado Patrimonio de la Humanidad.
María, la matemática, geógrafa, física y pedagoga, pasó su vida estudiando, midiendo y descubriendo del polvo mas de 150 km2 de líneas y figuras. ”Tengo definida mi vida hasta el último minuto de mi existencia. El tiempo será poco para estudiar la maravilla que encierran las pampas de Nasca, allí moriré”, decía María. y así sucedió. Vivió muchos años en un cuarto de hotel, en Nazca. Ahora ese lugar no es más una habitación que rentar. Se preserva como un espacio privado, en recuerdo de aquella que decía: «¡Todo era por Nasca! Si cien vidas tuviera, las daría por Nasca. Y si mil sacrificios tuviera que hacer, los haría, si por Nasca fuera”.
Sobre el árido suelo de las pampas peruanas, María caminó con su cámara y sus botas, con las que limpió y dejo al descubierto, amarrando en ellas pesadas piedras, las maravillosas y enormes figuras que quedaron grabadas en el suelo amarillo que se encuentra debajo del suelo rojo que está en la parte superior del desierto de Nazca.
Estos dibujos están desde antes de que los Incas llegaran al Perú. Hay muchas hipótesis sobre para que, quienes y como las hicieron. Son preguntas que se hacen los arqueólogos, historiadores y otros científicos sobre los geoglifos. María responde desde su experiencia, a través de los libros que le dedicó a la investigación de toda su vida.
Para ella, son un mapa astronómico que les ayudaba a los Nazcas a determinar fechas de cultivo.
Los dibujos en el suelo son réplicas de las constelaciones tal y como los nazcas las identificaban: el mono, la araña, el colibrí, el flamingo, la ballena, el cocodrilo, el perro, las manos, el árbol.
Las enormes líneas, totalmente rectas, que se extienden kilómetros, señalan, algunas de ellas, las estrellas mas importantes o los puntos donde el sol sale o se pone en fechas importantes, como los solsticios de invierno y de verano.
La teoría de María se explica a los turistas en un planetario que se encuentra en el mismo hotel donde vivió. Hay quienes dicen que no hay suficiente evidencia de que lo que dice María sea verdad. Para ella, los Nazcas encontraron una manera de volar y desde el aire, supervisaban las obras realizadas en el desierto. Hay vestigios de grandes crematorios que pudieron haber servido para inflar globos, hechos de textiles gigantes, de los cuales también se han encontrado vestigios: son piezas de tela de mas de 20 metros de largo.
No se si ella encontró la verdad, solo se que es impresionante el trabajo arduo, constante y entregado que María Reiche hizo y se convirtió en la empresa de su vida. Es importante ver como inspiró a otras mujeres para que donaran su dinero para financiar esta idea. Su hermana y su mejor amiga son esas mujeres que acompañaron la empresa de María, para que pudiera seguir con su trabajo. Renate Reiche y Amy Meredith son esas mujeres.
María quería, con su obra “…ser un instrumento para eliminar las injusticias y para que los peruanos –que son gente de cualidades culturales, morales y físicas especiales– recuperen su propia estimación”. Sin duda su obra inspiró el trabajo de otros y en Nazca hablan de ella con cariño. Un peruano de esas zonas me dijo que la gente asocia la figura de “las manos” con María Reiche: “¿no le parece mucha coincidencia que la figura tenga nueve dedos? María tenía esa peculiaridad también” fue su comentario. “María Reiche», dice, “era quién tenía que estar ahí, su destino estaba escrito en las figuras”. Me pareció interesante su idea. Yo me quedo con la historia de esta mujer que, como otras mujeres, ha impactado mi vida favorablemente. Siempre aprendo.