Entre la programación del Festival de Cine Documental Zanate 2015 se destaca la obra de uno de los cineastas mexicanos que tiene la particularidad de visibilizar a los gays alejado de los estereotipos y clichés comunes en el séptimo arte mexicano, exhibida en el Museo de Historia Regional con la asistencia de un público, en su mayoría jóvenes y con un gran expectación se pudo presen ciar sin contratiempos el cortometraje Muchacho en la barra se masturba con rabia y osadía de Julián Hernández.
La obra de cinematográfica de Julián Hernández tiene muchas virtudes que algunos especialistas menosprecian su propuesta, la cual se aleja de los lugares comunes de la Ciudad de México y a su vez retrata a las nuevas generaciones de jóvenes gays de zonas populares alejados del estereotipo neoliberal estadounidense, muy similar al trabajo académico del antropólogo cultural Guillermo Núñez Noriega, en sus libros Sexo entre varones y Masculinidad e intimidad: identidad, sexualidad y sida donde aborda las relaciones homoeróticas entre hombres sonorenses, y Vidas vulnerables testimonios a hombres indígenas de Chiapas.
Los críticos de la obra de Julián Hernández no llegan a comprender la riqueza de su mirada antropológica social de este artista mexicano, porque sus personajes son de carne y hueso que no se esconden en la oscuridad y ni mucho menos bajo el vestuario, en determinado momento desnudan su alma el espectador, como ocurre con el protagonista Jonathan (Cristhian Rodríguez), desde el primer momento nos narra su vida: desde la infancia cuando descubrió su identidad sexual disidente en su pueblito natal El Roble en el estado de Sinaloa, ante la falta de información sexual científica y laica, nuestro protagonista inició su vida sexual conforme a los parámetros establecidos, los cuales tiempo después se vieron derrumbados ante la gama de posibilidades de relacionarse sexual y amorosamente con los hombres.
En el transcurso de 20 minutos que dura Muchacho en la barrase masturba con rabia y osadía el público tendrá la oportunidad de conocer a un ser humano ante la falta de redes sociales que lo ayuden en la construcción de su proyecto de vida recurre al trabajo sexual como una opción laboral en la Ciudad de México, una alternativa nada alejada de la realidad para hombres y mujeres jóvenes de provincia que ven en este oficio tan cuestionado y desdeñado por las almas caritativas, su experiencia de scort o acompañante le brinda la oportunidad para construir sus sueños en la Ciudad Gay Friendly de Miguel Ángel Mancera, los sueños de Cristhian no se desvanecen siguen ahí en la espera de construir el patrimonio económico que le ayude a tener su propio espacio para promover el ballet como una disciplina artística. A sus cuarenta años trabajando aún como stripper los fines de semana en el Marrakech, bar ubicado en el Centro Histórico empiezan a ser sus estragos.
La exhibición de Muchacho en la barrase masturba con rabia y osadía de Julián Hernández contribuye en gran medida a desterrar los espejismos que ligan al trabajo sexual con la explotación sexual y trata de personas en nuestro país, como el mismo protagonista declara estoy en esto porque mi gran vicio es el sexo, es de agradecer su testimonio así como la apertura para conocer los espacios de convivencia y de trabajo de nuestro protagonista que ayudan a comprender mejor esta realidad en ocasiones manipulada y distorsionada.
Muchacho en la barrase masturba con rabia y osadía de Julián Hernández, (México, 2015); Producción: Ernesto Martínez Arévalo; Guión: Emiliano Arenales Osorio; Fotografía: Jerónimo Rodríguez-García; Edición: Adriana Martínez; Sonido: Omar Juárez Espino; Armando Narváez del Valle; Música: Arturo Villela Vega; Compañías productoras: IMCINE, Mil Nubes – Cine, DOCS DF, Ruta 66; Reparto: Cristhian Rodríguez, Akram, Saúl Sánchez, Javier Oliván, Rubén Santiago, Albertone, Omar Francisco Armella, Luis Fernando Loyola, Carlos Eduardo Sánchez, Jyasú Torruco, Compañía de Danza México de colores, Álvaro Varo Hernández. Duración: 20 minutos.
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Marco Antonio Pérez Gaspar / NotiCASS