Epitacia Zamora, el adiós a una guerrera

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«Los héroes no mueren, las guerreras no mueren, viven para siempre en el corazón y en el espíritu de todos, tenemos que seguir el ejemplo, ¡qué viva Epitacia!», fue uno de los múltiples mensajes de despedida que se pronunciaron en Zacualpan, tras la muerte de Epitacia Zamora Teodoro, líder del movimiento contra la minería.

La noticia se conoció el lunes 23 a las 10 de la mañana: la mujer que encabezó una movilización en su natal Zacualpan contra un proyecto minero había muerto, víctima de anemia mielodisplásica.

Los reconocimientos a esta mujer indígena comenzaron desde las 5:30 de la tarde en el jardín Libertad, el corazón de Colima, donde decenas de ciudadanos le rindieron un homenaje de cuerpo presente.

«Si todos tuviéramos un poquito del coraje, de la valentía y de la pureza de Doña Pita, este estado sería mejor para vivir», manifestó Alejandro Bueno.

«Doña Pita fue un ejemplo de lucha incansable en la defensa del territorio, no vamos a enterrarla sino vamos a sembrarla porque Doña Pita ha dejado en nuestros corazones mucha esperanza y muchos ejemplos de cómo poder defender nuestro territorio», comentó Gustavo Castro de la Red Mexicana de Afectados por la Minería.

Por su parte, Esperanza Salazar de Bios Iguana la calificó como una «gran mujer» que seguirá viva y en nuestros corazones, «ten la seguridad que los jóvenes y niños de Zacualpan te recordarán siempre».

La estudiante universitaria Carolina Contreras leyó un texto de su autoría: «Me puse a intentar exprimir toda la tinta de mis plumas, tratando de conseguir algo, de regalarte hoy algo como lo que tú nos has dado, un bocado de revolución, un viento impregnado de rebeldía (…) si te vas, que sea para ser libre, pero déjanos aquí tu pasión».

A las 6:30 de la tarde, el cuerpo de Doña Pita fue trasladado a Zacualpan, donde fue recibida con ovaciones, cohetes al aire, flores, velas y lágrimas.

«Por esa dignidad, hay que seguir siendo fuertes, así le hubiera gustado a Pita: te ofrendamos nuestras lágrimas, nuestro corazón, diciéndote que te amamos, te respetamos, estamos contigo; tú a partir de ahora estarás en nuestros corazones, y con nosotros en cada paso de la lucha», dijo Víctor Chi, de Bios Iguana.

El velorio permaneció hasta las 10 de la mañana del martes, momento en el que se ofició una misa en el jardín de la comunidad rodeada por decenas de sus seres queridos. Una hora más tarde inició el recorrido al panteón: nuevamente con ovaciones y flores, nuevamente con lágrimas.

Una vez en el cementerio, sus hijas Carmen e Irma agradecieron el apoyo y solidaridad de los presentes.

«Con el corazón en la mano, sigamos adelante y muchas gracias por el amor y ese cariño, no tenemos con qué agradecerles», comentó la primera.

Mientras tanto, Irma compartió el último mensaje de su mamá: «Lo último que ella me alcanzó a decir es que daba gracias, y que por favor, no dejen solo al pueblo, que lo que ella empezó siga adelante porque ella estuvo al tanto de todo esto mientras estaba en su cama, y échenle ganas, porque Pita está con ustedes, siempre va estar con ustedes. Muchas gracias por acompañarnos, por ayudarnos en cada momento».

Bajos los intensos rayos de sol de medio día, Doña Epitacia, la guerrera y tenaz defensora del agua y la vida de Zacualpan, fue sepultada bajo los montones de tierra y decorada con decenas de flores multicolores.