La ciudadanía no decide

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“La ciudadanía no decide” aseguró Miguel Ángel Sánchez Verduzco, ex diputado de Morena, hoy diputado del Partido Verde, en un desliz de sinceridad.

En una arena política llena de simulaciones y dobles discursos, se agradece que los representantes de los grandes empresarios y la alta burocracia nos digan sin tapujos quiénes son los tomadores de decisiones en esta democracia liberal: no la ciudadanía de a pie, no la clase trabajadora.

El escenario de esta declaración de principios fue, simbólicamente, el restaurante La Troje, propiedad del empresario Carlos Ahumada Viveros, vicepresidente de la Canirac y priísta convencido, quien en su cuenta de Twitter ha promocionado las acciones de Nacho Peralta y en 2018 hizo campaña por José Antonio Meade. Fue ahí donde los legisladores pretendieron realizar la sesión del día de ayer ante la imposibilidad de usar las instalaciones del Congreso del Estado, tomadas desde la noche anterior.

Quienes verdaderamente deciden en Colima se unieron este martes para hacer posible la aprobación de la deuda de 750 millones de pesos. El Diario de Colima, AF Medios y el departamento de Comunicación de Gobierno del Estado comenzaron desde hace días una campaña para justificar el crédito y denostar a quienes se oponían a él. Los operadores de Nacho Peralta supieron llegarle al precio a los legisladores “de oposición” como Guillermo Toscano, Julio Anguiano y María Isabel Martínez. El rector de la Universidad de Colima se pronunció públicamente a favor de la deuda y se rumoró que prestaría las instalaciones universitarias para la realización de la sesión. Los líderes sindicales charros pusieron a disposición el local de la Federación de Sindicatos al Servicio del Estado para que se reuniera la legislatura. Por su parte, Nacho Peralta envió a la policía estatal para impedir la entrada de manifestantes.

Ganaron esta batalla pero es probable que los hechos de ayer, con golpes, micrófonos de videoconferencias silenciados y renuncias histriónicas incluidas, hayan hecho decidir a la ciudadanía en contra de quien votar en las elecciones del próximo año. La deuda aprobada se antoja como el último clavo puesto en el ataúd del PRI en el gobierno del estado.

Esto no significa que Morena salga bien librado de los acontecimientos. La lillytellización de las candidaturas en 2018 dio como resultado una constelación de diputados cuatroteístas sin cohesión ideológica ni lealtad al proyecto político que les postuló. La lógica de “sumar a todos no importa de dónde vengan” devino en la resta constante, en número y liderazgo político, del otrora grupo parlamentario mayoritario. El dirigente estatal de Morena, Sergio Bojado, tendrá que dar la cara por el actuar de los dos diputados que él impuso y que hoy han organizado la aprobación de la deuda, pero también el partido entero deberá comenzar un proceso de autocrítica si no quiere que los errores se repitan en la renovación de las estructuras que se avecina y el proceso electoral de 2021.

Mientras tanto, un actor social reapareció en la manifestación de ayer: los maestros de la CNTE Colima. Construida al calor de las movilizaciones de 2016 en contra de la Reforma Educativa, es la única organización magisterial que resistió el reflujo del movimiento y los seductores cantos de la vía electoral. Para que la ciudadanía seamos quienes decidamos es necesario que nos articulemos en polos independientes políticamente y combativos a la hora de la acción, con el mayor respeto a los procesos de cada grupo y a la democracia interna y con fuertes lazos de solidaridad. En el complejo proceso de construir poder popular de decisión, organizaciones como la CNTE pueden jugar un papel importante. Queremos apostar por ello.