Una radiografía más

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En meses pasados John Ackerman mencionaba que las condiciones de México son similares a las condiciones previas a las de la revolución francesa en 1789. No dista la realidad de hace 3 meses con la realidad que ahora estamos viviendo, realmente la situación anuncia una convulsión social sin precedentes, en términos generales de norte a sur podemos encontrar destellos de descontento a lo largo de los meses y parece no tener fin.

A grandes rasgos hay un sentimiento de descontento y desaprobación general hacia la gestión de Enrique Peña Nieto, los beneficios prometidos por la aplicación de las reformas estructurales, las mismas que le valieron a Peña la portada de la revista Times, no han dado los resultados esperados, los escándalos de corrupción en los que se ha visto involucrado el gabinete del Ejecutivo que no han tenido una respuesta convincente.

También encontramos la serie de asesinatos perpetrados desde el Ejército con la aparente complacencia de los altos mandos, sin que se vislumbre si quiera la intención de justicia. Sin contar robos, secuestros y extorsiones por parte de los uniformados, hechos que han sido documentados en innumerables ocasiones. Generando de tal forma una situación de terror en la que se ha dispuesto a la población del país. Hay un rechazo latente hacia las instituciones castrenses y se nota en el discurso de Peña al decir que existe una campaña negra en contra del Ejército.

Por otro lado tenemos un bloque informativo impulsado desde un periodismo complaciente con el gobierno, mientras los medios masivos de comunicación crean una realidad que no existe, que además parece ser que Peña se ha creído dicha realidad, en la parte de en frente encontramos un periodismo independiente que trata de acercarse a la objetividad, que cuestiona, que incomoda, por ende, que es asesinado, silenciado, desaparecido.

El asesinato de Rubén Espinoza, junto con cuatro mujeres, marca un cuestionamiento directo para saber si de verdad existe la libertad de expresión y el ejercicio libre del periodismo, o si se trata de un derecho vulnerado directamente por los poderes fácticos. También vuelve a centrar la atención sobre el DF, mostrando que no está exento de masacres.

El gobierno de Veracruz ha sido señalado en muchas ocasiones por nexos con el narcotráfico, por una actitud hostil hacia los periodistas, podemos hablar de 15 periodistas muertos durante la administración de Javier Duarte, éste suceso ha provocado manifestaciones en distintos estados y ha despertado inquietudes dentro del gremio periodístico.

Ante el reflujo en el que se encuentra el movimiento magisterial, comienza la intención de enlazar fuerzas sociales a nivel nacional. Los padres de los 43 desaparecidos de Ayotizinapa han convocado a la creación un frente nacional de organizaciones sociales, que bien podría germinar en un movimiento a nivel nacional como respuesta ante la violencia, el abuso, la corrupción, el neoliberalismo en sí. Mientras tanto Peña se limita a decir que a otros países de América Latina les ha ido peor.