La juventud priista colimota y su síndrome de Estocolmo

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El criminólogo Nils Bejerot acuñó el término “síndrome de Estocolmo” para referirse a rehenes que sienten cierto tipo de identificación con sus captores debido a que el 23 de agosto de 1973, en la ciudad sueca de Estocolmo, tuvo lugar un atraco con rehenes. Jan Erik Olsson, un presidiario con restricción entró en el banco Kreditbanken de Norrmalmstorg, en el centro de la ciudad. Al ser alertada la policía, dos oficiales llegaron de forma casi inmediata. El asaltante hirió a uno de ellos y mandó al segundo a sentarse. Olsson había tomado cuatro rehenes y exigió tres millones de coronas suecas, un vehículo y dos armas.

El gobierno se vio obligado a colaborar y le concedió el llevar allí a Clarck Olofsson, amigo del delincuente. Así comenzaron las negociaciones entre el asaltante y la policía. Ante la sorpresa de todos, una de los rehenes, Kristin Ehnmark, no solo mostraba su miedo a una actuación policial que acabara en tragedia sino que llegó a resistirse a la idea de un posible rescate. Según decía, se sentía segura con sus captores.

Tras seis días de retención y amenazas del secuestrador, de cuyo lado se puso la propia Ehnmark, la policía decidió actuar y cuando comenzaron a gasearles, los delincuentes se rindieron. Nadie resultó herido. Sin embargo, durante todo el proceso judicial, los secuestrados se mostraron renuentes a testificar contra los que habían sido sus captores y después de pasado el tiempo manifestaron que se sentían más aterrados por la policía que por los ladrones que les retuvieron durante casi una semana.

Bajo el anterior contexto podemos observar que en el Estado de Colima, desde hace unos meses a la fecha se ha venido orquestando en mayor medida la nombrada juventud priista en todas sus vertientes políticas, sobresaliendo de la mescolanza la denominada Red de Jóvenes por México y la Escuela Nacional de Cuadros ENC, la cual en palabras del Dr. Guillermo Deloya, presidente del Instituto de Capacitación y Desarrollo Político A.C., es la depositaria de lo mejor de su pasado en sentido de logros como partido político, formando cuadros juveniles para así de esta forma enfrentar el futuro de una manera mas vertiginosa, teniendo como inspiración el ICAP, el centro de formación política del PRI del siglo pasado.

Resulta increíble observar cómo la juventud perteneciente a dichas organizaciones políticas priistas se sobrevaloran de tal manera que se apoderan de las palabras y acciones de quienes los dirigen, “No cabe duda, estamos unidos y vamos juntos al triunfo este 7 de junio”, sin embargo, resulta fundamental cuestionarse ¿qué es lo que ganan?, si todo el sistema político se encuentra en contra de los principios fundamentales que deben regir en una sociedad justa, libre y democrática.

Por lo que resulta asombroso verlos ser parte del problema y al mismo tiempo avalar al partido político que ha llevado en declive a nuestra incipiente nación, y por ende, a nuestro Estado, por ejemplo, y esto es de rescatarse:

¿Por qué respaldar al Revolucionario Institucional si en nuestro Estado se encuentra con las siguientes cifras?

• 729 Homicidios-Feminicidios ocurridos entre los años de 2011 al 2014.
• 6,049 robos a vehículos.
• 378 violaciones.
• 57 extorsiones.
• 21 secuestros.
• Un incremento del 118 por ciento de la deuda pública, pasando de mil 270 millones de pesos a 2 mil 777.8 millones como lo indican los datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
• Deuda per cápita por habitante de 4 mil 270 pesos, colocando a Colima en el decimo lugar con mayor cantidad de deuda en este rubro.
• 17 mil 843 desempleados, que forman parte de los 7.5 millones de Ninis a nivel nacional.
• Y por mencionar algo del estado actual que guarda a nivel nacional el funcionamiento del gobierno la más reciente encuesta nacional en vivienda realizada por Parametría, señala que el 46% de los ciudadanos dijo aprobar mucho o algo la forma en la que el Presidente realiza su trabajo, en tanto que 49% opinó lo contrario.

Es aquí que bajo las características rampantes con las que ha operado el PRI desde su creación donde surge un paralelismo con lo que es el síndrome de Estocolmo, puesto que se puede analizar que las juventudes priistas están actuando bajo cierto sometimiento ideológico-político con aquellos que son sus verdugos, ya que también son parte y recienten el mal manejo del país.

Sin embargo, ante el proceder obtuso de dichos jóvenes, es necesario rescatar que la creación de estas agrupaciones no responde a un interés legítimo de fortalecer los cuadros internos juveniles, sino como lo dijo quien entonces fuese dirigente nacional del PRI Carlos A. Madrazo el 7 de diciembre de 1964 donde hablaba del número de afiliados que tenían hasta el momento “Haga o lo que no haga el partido ¿esas gentes estarán siempre en nuestras filas? Yo no lo creo, porque si bien es cierto que se las ha afiliado, no hemos tenido tiempo de educarlas como militantes y al no vernos actuar se olvidaran de nosotros, refugiaran su angustia en otra parte, y su desencanto por los caminos de la frustración, pueden llevarlas incluso a pelear contra nosotros”, la historia se cuenta sola.

Es así que ante tantas atrocidades que se cometen contra el pueblo no queda más que recordar de manera contradictoria las palabras de Jesús Reyes Heroles diciendo que “Si algo va contra lo humano, si algo es inhumano es la indiferencia”.

Postdata: joven priista no seas indiferente ante la actual crisis económica, política, social y cultural por la que esta atravesando el país, no están moviendo a México, el pueblo se esta movilizando, no están construyendo un nuevo país, lo están despedazando.

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*Licenciado en Administración Pública y Ciencia Política, Universidad de Colima.

1 COMENTARIO

  1. El artículo es bueno, pero tendencioso, pues aplica a todas las juventudes partidistas, no solo al PRI. Aunque el PRI y PAN son quienes tienen juventudes paritdístas mucho mas desarrolladas. Es lo mismo que los jóvenes panistas que defendían el sexenio de Fox o Calderón en las elecciones pasadas, o los Morenos que tienen al Peje en un pedestal, a pesar de sus incongruencias (aunque no ha gobernado). Finalmente es una característica de los militantes partidístas, sean jóvenes o adultos, que defienden a su partido a diestra o siniestra, sea por convicción o por conveniencia.

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