Reforma política en Colima, un horizonte gris

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2004

El día de hoy inician los foros convocados por el poder legislativo en torno a lo que denominan “reforma política”, la cual en realidad, es más una serie de ajustes a la normativa del sistema electoral, pues se restringe a adecuar cuestiones como la asignación de representaciones por la vía plurinominal a diputados y regidores, el registro y la conservación de partidos políticos, el periodo de administraciones municipales así como los mecanismos de constitución de las autoridades electorales.

No hay duda de que es necesario reformar el sistema político, hoy existe una sociedad civil que tiene la capacidad de incidir en la vida pública pero no cuenta con los mecanismos que vuelvan efectiva su potencialidad y esfuerzos, sobre todo porque los canales de representación entre ciudadano y partido, entre ciudadano y representante están corroídos.

Algunos partidos apenas han tocado tímidamente cuestiones como la revocación de mandato y temas como el presupuesto participativo. Redefinir las formas de elección de las autoridades municipales o el ingreso de agrupaciones de la sociedad civil al debate legislativo ni siquiera aparecen en el discurso.

¿sería posible pensar en la elección de regidores y síndicos para tener cabildos más plurales y democráticos?

¿será posible que los ciudadanos cuenten con mecanismos legales para asegurar la rendición de cuentas, la transparencia y la participación?

¿algún día podríamos imaginarnos como otros estados o países donde los gobiernos destinan partidas presupuestarias para que los ciudadanos construyan sus propios proyectos de política pública?

La tendencia parece clara, no modificar un ápice los principios de representación y participación, el conjunto de propuestas parecen encaminarse al cierre del sistema político a través de la disminución de la representación de minorías, activar la posibilidad de reelecciones y ampliar el periodo de administraciones municipales, todo lo cual volverá más fácil la perpetuación de las actuales élites en el poder político.

Como ha sucedido en esta y otras legislaturas, la agenda oficial se impondrá con matices, el PRD quedará rezagado a una voz disidente, el PVEM negociará con el PRI-PANAL, y el PAN se sumará a una reforma afín a su visión conservadora. Si en este cuadro entrara MORENA, seguramente su presencia no podrá ir más allá del impacto mediático.

Esta reforma parece estar pensada en función de la conservación de poder en manos de la élite política en vistas de la futura elección y no de un análisis profundo del estado actual de la vida sociopolítica del estado de Colima, el cual, parece sumarse a una tendencia nacional de descomposición y diálogo de sordos.