Del reino y las caravanas del poder

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Al día siguiente de la supuesta marcha ciudadana a favor de la reforma energética convocada por el gobernador del Estado, circulaban en la web fotografías de personas realizando pase de lista a los asistentes, incluso el periodista Pedro Zamora relata cómo más de una decena de trabajadores de SEDESCOL se dedicaron a tomar registro de beneficiarios de programas sociales y repartir dinero. Fue una marcha multitudinaria pero desolada de convicciones.

Lo mejor de nuestro pasado

Recuperar lo mejor del pasado, las mejores tácticas de movilización y coerción de individualidades, el clientelismo y la agregación corporativa de intereses particulares para conquistar el futuro: la dominación política, Sí a la reforma energética pues necesitamos congraciarnos con el poder presidencial.

Con estas cuatro líneas podría resumir el espíritu de la movilización que el PRI-Gobierno realizó en el estado de Colima para guiñarle el ojo a Enrique Peña Nieto.

Este acto difícilmente puede nombrarse como una marcha, fue un desfile que bien podría pasar como el del día del trabajo o el 16 de septiembre, eventos en los que se aglutina una masa de ciudadanos que demuestran unidad y fidelidad hacia el mandatario estatal en turno.

Un día antes a través de un vocero empresarial se había anunciado que se esperaba una marcha ordenada, una marcha que mostraría «un Colima ordenado y unido.Esta tendencia al unanimismo (orden y unión) es lo que mantiene a la sociedad colimense en los bordes del fascismo, esa irracionalidad promovida por la maquinaria de poder que lanza militantes a golpear opositores o que directamente organiza grupos de choque para disolver voces disidentes a través del miedo o de la agresión.

La marcha ciudadana para decir Sí a la reforma energética empezaría a las 5.30 horas de la tarde, pero el contingente empezó a avanzar hasta las 6.20 pues el gobernador no llegaba y la gente ya comenzaba a desesperarse y los chiflidos llegaron a sonar más fuerte que la banda de viento que amenizaba a metros de la línea de vanguardia. Al comenzar a avanzar los encargados de la logística se apresuraron a limpiar el área que estaba frente a quienes llevaban la pancarta principal, «nadie puede ir adelante» gritaban, «por favor, háganse a un lado». Mero protagonismo, aquí el pueblo es accesorio para que luzca el ego político. Política silvestre, diría un profesor.

El numeroso contingente no había avanzado ni 20 metros y la marcha se detuvo, llegó el señor gobernador, el tiempo se detiene y se forma una cadena humana para que llegue directo a su lugar sin ser molestado por la chusma que se desvive por saludarlo, tomarse la foto o pedirle algún milagrito. Una vez incorporado el primer priista a la vanguardia de la marcha, ésta continúa su camino.

Al parecer ni la banda encendía los ánimos, casi todo el trayecto hubo silencio, una señora llegó hasta adelante y comentó con un compañero: «atrás parece que estamos en velorio, todos callados, acá adelante hay banda yo mejor me vine». Apenas en tres ocasiones se intentó corerar «reforma sí» con el puño alzado, pero el entusiasmo no pasaba las primeras filas (de funcionarios y autoridades), al buscar eco los gritos se apagaban.

Ni ciudadanía ni política

El discurso del maestro de ceremonias es bastante ilustrativo, «están presentes todos los sectores: la sección 6 y 39 del SNTE, los campesinos del sector popular, los empresarios, las amas de casa, los estudiantes…»

El mecanismo de poder postrevolucionario en México, el que vimos durante años en eventos cívicos y campañas políticas apareció en esta marcha: el pueblo solo existe bajo una unidad política que tiene nombre, poder, dinero y fuerza de coerción. Un leviatán silvestre, con poca inteligencia, pero con una maquinaria de control de indiscutible efectividad.

Como a manera de spots publicitarios, cada cierto tiempo el maestro de ceremonias mencionaba alguno de los diez puntos que elaboró el gobierno federal para promover la reforma energética. Estos 10 puntos fueron la base de todo el discurso de quien se presentó como representante de las amas de casa, una mujer que dijo haber leído y analizado la reforma y que por eso la apoyaba. El otro orador fue un representante del sector empresarial.

Sí, la marcha fue ciudadana, por eso los oradores fueron de la sociedad civil, pero en el escenario estaba apostada la camarilla de poder del Partido Revolucionario Institucional (al menos los grupos más influyentes a nivel local).

Nota: Rogelio Rueda y Mely Romero pasaron casi la mitad del evento distraídos en sus celulares.

CTM, CROC, CNC, STSGE, FEC, PRI, son algunas de las siglas que aparecen en playeras, banderas o carteles. Fuera de la presencia gráfica se pueden observar funcionarios de SEDESOL o de la Secretaría de Educación y cientos de maestros… ¿Esta es la idea de un Colima unido? Más bien parece una multitudinaria caravana de cortesanos (muchos de ellos forzados).

Me comenta un amigo que de la SAGARPA casi no hay personas, porque ahí el servicio profesional de carrera les impide activar sus mecanismos de movilización. En otras palabras, no pueden obligar a la gente a asistir.

Pero aquí no todo es acarreo, obligación y zombies, pocas voluntades se escuchaban gritar en apoyo a la reforma energética (motivo explícito de la marcha) pero el coro se escuchó fuerte cuando alguien empezó a gritar «Peña Nieto». Entre la multitud inicialmente adormecida de pronto irrumpió un grupo de jóvenes de la FEC, que con esa fuerza característica de lo juvenil ondeaban banderas y mostraban carteles hacia el templete(el mensaje es hacia la autoridad, no hacia la sociedad).

Desinformados o manipulados, me atrevería a decir que el 50% de quienes hicieron acto de presencia en este mitin lo hicieron con convicción, defendiendo una identidad, un ser Priista que traducido en el lenguaje del poder equivale a ser ordenado, responsable, leal y trabajador. Ser priista que es igual a ser el buen colimense, a ser el buen mexicano y del otro lado, los enemigos que no valen, porque están fuera del campo de lo bueno.

Y este sentimiento, perverso pero válido, es el que sostiene la lógica de esta caravana del poder… ¿cuántas personas movilizaste? entonces puedes participar por una candidatura.

A esta maquinaria de poder es a la que se enfrenta la democracia.