De ayuntamientos a ayuntamiento…

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Colima, la Villa y Manzanillo presentan: fallas

Como es de esperarse en todo ayuntamiento, las fallas no sobran. En Colima tenemos baches y construcciones. En la Villa su cambio en los camellones. En Manzanillo unos cuantos kilos de ayuda a Haití olvidados en la presidencia municipal.
En Colima, por ejemplo, en una de las avenidas principales como lo es Pino Suárez-Javier Mina a CIAPACOV se le ocurrió destruir parte de la carretera para colocar medidores a las casas que están sobre la avenida. Lo que ya provocó hace unas semanas una gran fuga de agua sobre la avenida.
En Villa de Álvarez, la siempre amada Brenda Gutiérrez mandó quitar los machuelos de los camellones para ¿qué creen? ¡Volverlos a poner! También podó las ramas de muchos árboles (¡hasta nos roba el oxígeno!) y está subiendo el nivel de los camellones -seguramente para que la gente ya no se cruce por ahí. Pero Brenda ya habló con Perriodismo y nos dijo «Los camellones han sido solamente elevados 40 centímetros del nivel de la carretera, colocaremos una cerca electríficada y vidrios quebrados alrededor pero la gente puede pasar tranquilamente. No hay problema.»
Continúan los trabajos de «mejoramiento» de los camellones, seguramente quería terminarlo antes de las llamadas Fiestas de la Villa 2010 pero al parecer la gente tendrá que quedarse entre tierra, arena y grava para ver la primera cabalgata programa para el viernes 12. Además, todavía no se le hace derrumbar las casas de la Avenida Manuel Álvarez (junto al jardín principal) para terminar la ampliación de la carretera.
¡Veremos qué sopresas nos tiene Brendita para los Festejos Charrotaurinos 2010! ¿Habrá cabalgata de la gasolina? ¿Habrá venta de alcohol? ¿Los camellones estarán terminados?
Por otro lado, como si el pueblo no los considerará irresponsables y baquetones. Varios kilos de ayuda humanitaria -alimentos, medicina, jabón, etc.- se quedaron olvidados en la presidencia municipal de Manzanillo. Las cajas se podían verse aún el viernes pasado en los pasillos del ayuntamiento porteño (si es que no las repartieron entre la burocracia o las rifaron). Las cajas de ayuda tenían destino a Haití, donde zarparían en el buque «Usumacinta». Obviamente las cajas no serán llevadas en lanchas o por el cuerpo de salvavidas nadando al buque. La pregunta es ¿qué harán con todo esto que la gente en buena fe donó al pueblo devastado de Haití?