Salud mental: la utopía política y social

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La protección de la salud es un derecho humano que tiene como principal finalidad el procurar el bienestar físico y mental de las personas mediante el acceso oportuno a servicios de atención de salud de calidad.

Parece una utopía que la protección de la salud tenga como objeto el bienestar mental, pues hasta el día de hoy, las autoridades mexicanas tanto a nivel federal como estatal, aún teniendo la obligación de velar por la promoción y prevención de enfermedades mentales, han minimizado este sector. 

Para la creación de políticas públicas, la salud mental resulta un asunto complejo, ya que está determinada por múltiples factores, siendo los sociales, ambientales, biológicos y psicológicos.

La salud mental incluye padecimientos como la depresión, la ansiedad, la epilepsia, las demencias, la esquizofrenia y los trastornos del desarrollo en la infancia.

En este sentido, lograr que la población conserve la salud mental, además de la salud física, depende, en gran parte, de la realización exitosa de acciones de salud pública, para prevenir, tratar y rehabilitar.

Aún y cuando las agendas legislativas y del Ejecutivo incluyen la salud, el tratamiento se ha relacionado en mayor medida con aspectos de salud física.

La carencia de acciones de protección a la salud mental se ve reflejada en las estadísticas del tema que nadie quiere hablar: el suicidio.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía ha documentado el aumento considerable de los suicidios registrados, siendo que en año 2018, se registraron 6,808 defunciones por esta causa.

En el Estado de Colima, el año con mayor registro de defunciones por suicidio fue el 2016, no obstante, en 2018 se registraron siete defunciones menos a comparación con ese año.

Es conveniente, incrementar la conciencia social para en primer término, reducir los conceptos equivocados que se tienen sobre los problemas mentales y emocionales, y, por lo tanto, eliminar las barreras para solicitar atención, aumentando el apoyo de la comunidad y la familia, para aquellos que sufren el trastorno y facilitar la incorporación de los pacientes a la sociedad.

Existen diversas asociaciones que han buscado el apoyo gubernamental para trabajar en conjunto la salud mental, sin embargo, para el gobierno estos temas resultan un tabu, buscando minimizar el problema e ignorándolo.

La salud mental es primordial para el desarrollo humano, de ahí parte la calidad de vida de las personas, trascendiendo a la sociedad, pues es una cadena que deriva en la colectividad, previniendo desde la incidencia delictiva hasta el impacto económico.

Vivimos esperanzados a que la aplicación de la ley y las políticas gubernamentales generen áreas de oportunidad para atender y prevenir las problemáticas sociales, sin embargo, no olvidemos que la atención de la salud mental comienza con uno mismo, trabajando en principio de manera individual, considerando las herramientas que el internet nos ha dado (videos, imágenes, podcast, audios, libros, terapias en línea) y las que nos ofrecen asociaciones civiles u organismos no gubernamentales.