«¡Que viva el amor, no el odio!», dijo Christian Paulina Aguirre durante el Besatón que se realizó ayer por la tarde frente a la Catedral de Colima con la participación de varias parejas homosexuales y heterosexuales.
Ante la marcha realizada el día anterior en el mismo lugar contra el matrimonio igualitario y las adopciones homoparentales, miembros del Colectivo Inclusión organizaron esta manifestación «de respeto, de amor y de pluralidad».
En entrevista, Irving Radillo Murguía afirmó que en el maratón del beso no solo participaron miembros de la comunidad LGBT, sino también parejas heterosexuales con sus hijos y familias para demostrar las distintas formas de amor.
Comentó que en redes sociales hubo señalamientos «bastante cargados de odio» contra este evento.
«Esos comentarios nos dan la razón por qué se debe hacer. Estamos una sociedad en la que la homofobia, el machismo, el sexismo imperan. Por lo tanto, estas muestras y transgresiones a la cultura que domina en Colima queremos que sean motivo de cambio de mentalidad hacia las nuevas formas de ser y de pensar», declaró.
Respecto a las críticas por concentrarse frente a un espacio religioso, Radillo respondió que el jardín Libertad es un espacio publico que como parte de la sociedad colimense tienen derecho a utilizar para demostrar afecto.
Por su parte, Christian Aguirre lamentó que el Frente Nacional por la Familia pretenda «reducir la gran diversidad de las familias mexicanas a un solo modelo que no corresponde a realidad«.
Afirmó que el discurso del Frente dice defender a los niños «de un enemigo inexistente«, además de fomentar el odio, el rechazo y la violencia.
A su vez, Jorge Sánchez Bazán sostuvo que «cada persona tiene derecho a profesar la religión que le convenga o no profesar ninguno», pero «lo que no está permitido es que en un Estado laico se quiera imponer a toda la población ideas basadas en doctrinas religiosas y que a partir de ellas quieran influir en las políticas públicas».
