El lobby de Cómo Vamos Colima

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La tarea que se propone hacer Cómo Vamos Colima es bien interesante y está en sintonía con prácticas que ya se vienen haciendo en muchas ciudades de América Latina. Controlar el quehacer político, evaluar el trabajo de los gobiernos e informarlo públicamente, son algunas de las tendencias de participación política en observatorios ciudadanos que encontramos desde México a Argentina.

Este tipo de organizaciones vienen a suplir un déficit de los partidos, de organismos de Estado, de las universidades y los medios de comunicación. No es menor la función que pueden llegar a adquirir en la vida pública, su capacidad de incidencia puede llegar a ser tan importante como en Brasil o Chile, países donde este tipo de organizaciones han empezado a generar obligaciones para los candidatos durante jornadas electorales.

Una de las grandes preguntas es si las agrupaciones del tipo Cómo Vamos fortalecen la democracia, es decir, si permiten ampliar los espacios de participación a los ciudadanos tradicionalmente marginados, o son una forma de reagrupamiento de quienes tienen recursos para hacerse escuchar. En el segundo caso lo que pasa es que se estarían ampliando las desigualdades en la distribución de poder político.

Quitándome todo prejuicio no debería dudar de las intenciones de Cómo Vamos Colima, pero a la luz de la propuesta que hizo Ignacio Peralta este fin de semana, me parece que el observatorio colimense intenta replicar la clásica fórmula de renovar intenciones y formas bajo los cimientos de viejas prácticas.

Seamos claros: si por un lado los Cómo Vamos andan correteando y exhibiendo alcaldes, por otro parece que se sientan en la mesa con el gobernador para pedirle políticas a modo. El lobby de Cómo Vamos Colima es tan fuerte que han logrado que el gobernador proponga una modificación legal hecha a su medida. La comparación sonará odiosa, pero en este sentido los dirigentes de Cómo Vamos no difieren mucho de las cúpulas sindicales.

La idea de generar oportunidades de financiamiento para organizaciones sociales no es mala, pero tal como la presenta Peralta está dedicada a un grupo en especial. Lo que se propone es que los empresarios puedan destinar una parte de lo que deberían pagar de Impuesto sobre la Nómina, a financiar la actividad de organizaciones sociales que se dedique a vigilar las actividades de gobierno ¿Cuántas organizaciones de este tipo hay en Colima? Solo una.

Lo interesante de la reforma a la Ley de Hacienda es que son los mismos empresarios quienes decidirán a quién donar esa parte de sus obligaciones fiscales. Cómo Vamos Colima, entre otras organizaciones, está formado por la Coparmex, la Amee, la Canaco y la Junta Coordinadora empresarial. Cientos de empresas que podrán autodevolverse parte de sus impuestos a través de su propia organización.

Incluso me pregunto que pasaría si las oportunidades de financiamiento se ampliaran, ¿de verdad esto ampliaría las oportunidades de participación ciudadana? Porque a mi me parece que sólo terminarían reagrupandose los de siempre pero ahora en busca de fondos privados.

Pero ante esta reforma legal quedan muchas dudas, por ejemplo si las organizaciones sociales tendrán que estar constituidas legalmente, si les pedirán CLUNI como al resto de las OSC’s que participan de fondos estatales, y si en los estatutos los objetivos tendrán que ser tal cual los plantearía la Ley de Hacienda. Lo mas importante: ¿Quién va a fiscalizar a los fiscalizadores?