3 de mayo

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Alasitas es una voz aymara que significa “cómprame”. La fiesta es de origen boliviano, pero se ha extendido hasta Perú, a través de estas fronteras permeables, donde las etnias son mas fuertes que las divisiones políticas que dividen a los pueblos en países distintos.

El día tres de mayo es la fecha que en Puno se hace esta feria y acuden de muchos pueblos cercanos, centenares de gentes que buscan, entre las miniaturas que venden, aquello que represente una necesidad que desean satisfacer.

Originariamente era una fiesta de intercambio, donde las personas que participaban cambiaban sus pertenencias que podrían ser granos u oros productos agrícolas y piedras circulares o con ciertas particularidades. Estos productos eran ofrecidos al Dios Ekeko. El Ekeko da buena suerte fecundidad y alegría a quién lo invoca. Es el dios de la abundancia de los Aymaras. Su culto se extiende en algunas regiones de Chile, Argentina, Venezuela, Perú y Bolivia. Es rechoncho, de corta estatura y las estatuillas que venden de él tienen un orificio en la boca para que se le regale un cigarrillo cada lunes, a cambio de los deseos que va a cumplir. Originalmente era un dios desnudo, pero la religión católica lo vistió y trasladó las bendiciones de ese dios a las del otro que llegó con los españoles.

En la actualidad, la gente con sus miniaturas, va al yatiri o hechicero y a la iglesia católica para recibir las bendiciones.Hacen largas colas para una y otra cosa y las actividades laborales se suspenden en toda la ciudad para que la gente pueda atender esta necesidad espiritual.

Estos días, la avenida Floral es intransitable en auto, porque a un lado y otro de la acera hay innumerables puestos donde venden miniaturas que reflejan los deseos de la gente que acude ahí, con la idea de convertirlos en realidad. Inundan los puestos de pequeñas cosas autos, casas, chakras, títulos universitarios, partidas de matrimonio, herramientas de trabajo, figuras humanas o animales vestidos de acuerdo a diferentes profesiones, pequeños sacos de arroz, frijol, mini cervezas, panes pequeñitos, maquetas que representan negocios diversos, figuras humanas que representan bebés, parejas, familias, pequeños utensilios de cocina, valijas con dinero, pasaportes, oro, monedas, muebles de casa.

El sincretismo es tal que, en los puestos donde venden amuletos, puedes encontrar budas, elefantes con las trompas levantadas, monos (porque es el año del mono chino), cruces, imanes, semillas a las que se les atribuyen propiedades mágicas, inciensos de muchos olores, plantas, aguas de colores con las que rocían lo que venden y a quienes compran, braceros que humean olor a copal donde pasan los productos comparados antes de entegarlos a quienes pagaron su precio con fé, dólares o euros, que como billetes de oro, la gente guarda en sus carteras (para que no falte el dinero en todo el año).

Toda una sección de la calle está dedicada a la Asociación Andina de Curanderos, formada por expertos bolivianos y peruanos, donde las personas van a que les lean la coca o a hacerse una limpia con un armadillo, el que tiene la suerte de ser un instrumento tan útil en estos menesteres, sino, podría ser el alimento de alguien. Los curanderos hacen amuletos a la medida de las necesidades del cliente y acompañan los rituales con música de campanas o de quenas.

La fiesta no acaba ahi. Hay cada año, personas elegidas para hacer la fiesta religiosa y la fiesta pagana. Se encargan de los adornos de la iglesia y después, hacen grandes comilonas acompañadas de cerveza y música del momento. Les llaman alterados. Los hay para las fiestas principales. Para ellos o ellas, es un honor ser los anfitriones de la fiesta. Pagan con gusto lo que sea para agradar al santo. En este caso, a la Santa Cruz o al Ekeko. ¡Feliz día a los albañiles y arquitectos en mi patria! Acá encontré otra forma de festejar el 3 de mayo.