Año nuevo, mañas viejas

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Por fin este año concluye y como buen año electoral en período extraordinario, los contrastes y distracciones están haciendo de las campañas un río revuelto para los ciudadanos que en lugar de elegir o reafirmar a un candidato, nos vemos más confundidos a la hora de definir a la mejor opción; y es que por una parte las diferencias entre fracciones dentro del congreso (las únicas 2 que en la práctica operan) mantienen de “rehén” nada más y nada menos que al presupuesto de egresos, luego de que el poder ejecutivo lo vetara por supuestas incongruencias entre este y el presupuesto de ingresos.

Además, los candidatos se pasean como hadas madrinas ondeando promesas de campaña que dada la situación económica del estado son prácticamente imposibles de cumplir, sobre todo cuando se tiene en cuenta que Colima tiene necesidades prioritarias que vienen arrastrándose sin cumplir desde el sexenio pasado, entre obras inconclusas y servicios precarios, iniciamos este 2016 en un desorden económico y político que no tardara en cobrar la factura a la sociedad.

Pero bueno, no todo es malo en la palestra política. Entre tantas patadas de ahogado por ganar la gubernatura del estado, debemos agradecer a los mismos partidos que evidencien de qué madera están hechos, por una parte la fracción panista, no deja de ostentar su poder como mayoría en el congreso, reestructurando a su consideración tanto el manejo interno del congreso como el presupuesto de egresos y lo que en el camino se encuentren “mal puesto”, contradiciendo sus propios argumentos con los que atacaban el autoritarismo con el que procedía el PRI cuando eran los “dueños” del congreso.

Por otra parte, irónicamente son los priistas los que ahora con un estoico cinismo y un terrible alzhéimer, se visten de blanco y manifiestan desdeñar las irregularidades que consideran están cometiendo los panistas, advirtiendo que los van a evidenciar y hasta denunciar porque es injusto que se viole la ley y no pase nada. Qué rápido se les está olvidando la historia de su partido, pero bueno, ni que decir, el chiste se cuenta solo, como dicen por ahí, Dios los hace y ellos se juntan.

Sin embargo, considero que vale la pena darles el beneficio de la duda a los congresistas de la fracción panista, particularmente en el tema de la reforma del presupuesto de egresos, pues aun cuando signifique un riesgo de error, tras 86 largos años de hegemonía priista con resultados deficientes, intentar con un nuevo “equipo de trabajo” genera un ligerito pero existente rayo de esperanza para lograr que nuestro estado salga del estancamiento y desfalco en el que lleva sumido bastantes años.

Los cambios no se verán reflejados de la noche a la mañana, pero es seguro que las malas tomas de decisiones si, por lo que solo nos queda confiar que nuestro azulado congreso de la unión sea congruente y no reafirme los augurios tricolores que señalan que solo vienen por agua para su molino.