El candidato panista no representa la alternancia. Y esto es tan obvio porque fue el mismo gobierno anguianista el que ayudó al senador Preciado a anular la elección. ¿Por qué pasó esto? Pues porque Ignacio Peralta Sánchez representa a un grupo político antagónico al de la pasada administración gubernamental, mientras que Jorge Luis tiene en su equipo a los operadores políticos más importantes del ex gobernador Mario Anguiano.
¿Cómo lograron la anulación? Por medio de la componenda, de la fabricación de una prueba que no tiene más valor que la palabra de una persona que era fiel a quien dirigía la pasada administración gubernamental y que se prestó para anular la elección más transparente y limpia en la historia de México.
El senador ha anunciado que apoyan su campaña gente como Oscar Zurroza (anterior Secretario de Finanzas y Administración y de Sedescol del gobierno de Mario Anguiano), la diputada Martha Meza –adlátere de Nabor Ochoa, quien también fue un operador político de la administración pasada– y el primo del ex gobernador, José Manuel Moreno.
Jorge Luis recibe a los anguianistas defenestrados porque en el equipo de Ignacio Peralta no tuvieron cabida en su proyecto de gobierno. Por eso su lema Alégrate ya se van de plano mueve a la risa o al coraje, porque no pueden irse los que ya no están, pero sí pueden regresar. Quieren regresar.
Dos puntos
Con hechos, y no palabras, está demostrando el gobernador Ramón Pérez Díaz su capacidad para solucionar conflictos. Ya solventó los adeudos con el magisterio y pagó las pensiones que se les debían a los adultos mayores, lo que demuestra la importancia de elegir a la persona indicada para gobernar.