Endeudados todos, menos los del PRI

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El déficit financiero y la deuda total de más 4,000 millones de pesos generada por el gobierno del estado son el tema principal de esta semana, no solo por lo grave que es la adquisición de créditos excesivos y poco trasparentes en su manejo, sino también por el caos en el que se han visto envueltos los congresistas al autorizar la gota que derramó el vaso y que equivale a mil 728 millones de pesos que se suman a los 2 mil 700 millones de pesos que ya se tenían hasta el año pasado.

En lo personal, no encuentro justificación valida a hacer 5 veces mayor la deuda del estado en un lapso de 6 años, mucho menos cuando las necesidades más importantes entorno a la educación, salud, empleo, seguridad y obra pública no se han resuelto significativamente desde que el gobernador comenzó su mandato, Entonces, ¿Por qué debemos tanto?.

Un principio básico de la contabilidad es que si se gasta más de lo que se tiene para gastar inevitablemente habrá deuda, por lo que este endeudamiento es el claro reflejo de la ineptitud de nuestros funcionarios públicos para cumplir con la correcta administración de nuestros recursos, sin mencionar que de manera extraoficial se manejan cifras de endeudamiento mucho más altas.

Lo inquietante es que algunos diputados llegaron a señalar en su momento que no existe transparencia en el manejo de esos recursos y que tienen profundas dudas sobre su correcta ejecución, entonces, si los recursos no se están administrando de manera clara ¿En dónde está nuestro dinero?

Por supuesto para este nuevo crédito no se iba a dejar sin atender tan flamante acusación, por lo que el Congreso del Estado aprobó también la creación de una Comisión Especial de Seguimiento que tendrá el objetivo principal de vigilar el destino de estos recursos.

Sin embargo, como bien sabemos, en nuestro país el ejercicio de la administración pública si es partidista y siendo la corrupción la “cualidad” más distintiva de nuestro gobierno, no existe certeza de que dicha Comisión no vaya a ser fiel a la voluntad “del más fuerte”, tal y como precisamente fue aprobada la adquisición de la reciente deuda que tuvo la aprobación de diputados de todos los colores, aprobada por algunos incluso por omisión.

Es menester recordar, que el futuro mandatario estatal, ya enfrentó este panorama antes, Ignacio Peralta recibió la presidencia municipal de Mario Anguiano: endeudada y sin justificaciones claras, de lo cual tampoco existe certeza de que no se repita la indulgencia que Ignacio tuvo con Mario en ese entonces, donde no hubieron culpables y mucho menos enjuiciados por tal endeudamiento.

Me queda claro que al aun gobernador de Colima, le importa poco su reputación como mandatario, ha pesado más su ambición que su dignidad hasta en la última gota de su sexenio y probablemente habrán muchos ceros en sus cuentas que estarán ahí para reconfortarlo, pero mis dudas más grandes son y siempre han sido, quienes lo pusieron ahí, que aún hoy lo apoyan y hasta defienden de lo inverosímil (los Priistas por supuesto), ¿Acaso ellos no van a sufrir las malas decisiones que Mario Anguiano tomó? ¿Por qué apoyan a alguien que no cumplió en cargos anteriores y por el contrario dejó al estado con problemas económicos mayores a los que ya tenía?, mi única respuesta ilógica es que seguramente ellos no van a pagar la deuda.