No es que los ciclos se repiten, lo que en realidad pasa es que los ideales siguen vivos. No es que las masas sigan al individuo, es que siguen a la idea detrás del individuo.
Lo que lamentablemente sigue igual es la actitud ‘malinchista-política’ del mexicano -sobre todo el clasemediero- que suele alabar a los personajes de luchas sociales libertadoras del pasado y/o de otros países, pero critica y se acompleja con los del presente y de su país que rescatan los mismos ideales.
El estudio de la historia y el mero sentido común me dicen lo siguiente:
Hoy en México, en pleno siglo XXI también tenemos a un Hidalgo, se llama Solalinde. Tenemos a un Zapata, se llama Mireles. Tenemos a una Josefa Ortíz de Dominguez, se llama Nestora Salgado. Tenemos a tres Guillermo Prieto, se llaman Lydia Cacho, Anabel Hernández y Carmen Aristegui.
Tenemos a muchos Villas, se llaman Policías Ciudadanas y Guardias Comunitarias. Tenemos a un Juárez, se llama López Obrador. Tenemos a muchos Flores Magón, se llaman Zapatistas del EZLN.
¿A cuantos de ellos apoyas, reconoces o respetas, al menos? ¿Te esperarás a que pasen 30 ó 40 años para que se hagan víctimas y entonces sí digas que eran bien chingones?
O peor aún, ¿esperarás 80 ó 100 años para que, cuando tú no estés aquí, tus hijos y tus nietos aprendan de ellos en los libros de las bibliotecas y escuelas públicas?