Filosofía crítica y  filosofía de la liberación para la revolución de las conciencias

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“Descartado así un pretensioso aristocratismo filosófico y los privilegios de una actividad individual elitista, para subrayar una verdadera actitud interlocutiva  que implica un compromiso moral y una responsabilidad social del intelectual. Allí se enhebran en toda su intensidad y complejidad la teoría y la praxis, relación íntima de la cual no se puede desligar el filosofar”

– Horacio Cerrutti Guldenberg, ‘Filosofando y con el mazo dando’

 

El pensamiento crítico permite repensar el papel de la Filosofía de la liberación en nuestra América como un pensamiento de acción. En efecto, diseñado como teoría critica para la lucha social y la transformación del mundo, esto nos ayuda a replantear nuestro acercamiento al análisis dela realidad latinoamericana vista, hoy como ayer por las variadas dificultades socio-políticas y económicas.

Tal situación implica necesariamente repensar el papel de la Filosofía de la liberación en nuestra América y enriquecerla con aportaciones de otras teorías. En efecto, esta, es concebida como  un filosofar con la realidad, la realidad de la miseria, la pobreza y la dependencia; esta filosofía de acción está comprometida con la liberación nacional. También desde esta perspectiva, me parece pertinente para esta filosofía una visión más amplia no como una mera teoría, ni mucho menos una cosmovisión, sino como una práctica transformadora de la realidad guiada por unos valores que sirven como critica de la misma.

Por otro lado nos encontramos con la concepción de esta, como un filosofar comprometido, que Cerruti describe de esta manera: “Una  dimensión pública de lo que se hace y de lo que se produce filosóficamente, no como un bien propiedad privada y fruto del ingenio individual, sino como un aporte social elaborado con toda humildad y generosidad como devolución al colectivo, en tanto este último es el posibilitador de la actualización del de virtualidades del filósofo, por lo tanto se discurre al aire libre y no en el ambiente asfixiante y esterilizante de las academias”. Y prosigue: “No es, o no debería de ser entre académicos solamente el debate, sino en el seno mismo de lo social e inmersos en su conflictiva, tomando partido o eludiéndolo (y por lo tanto tomándolo ineludiblemente)”

Por lo anterior expuesto, considero que una tarea fundamental de la Filosofía, además de analizar, interpretar y explicar la realidad, es conducir hasta la transformación de la misma. Visto de esta manera y aplicado a la experiencia y contexto latinoamericano en su lucha por la emancipación.

Esto supone una urgente necesidad de descolonizar el pensamiento. Asumirnos como referentes las visiones basadas en el “buen vivir” y las valiosas innovaciones culturales, morales, políticas e ideológicas nutridas en la vida de nuestros pueblos originarios y afroamericanos. En consonancia con  la transformación que nos  proponemos representar mediante  un cambio democrático de poder político y  reconstrucción del poder social,  a través de la revolución de las conciencias.

Ejemplos concretos de lo anterior tenemos en varias naciones latinoamericanas, en las que la voluntad popular ha llevado al poder a gobiernos progresistas, que han comenzado a implantar programas y proyectos políticos basados en nuevas concepciones. Es el caso de países como Ecuador y Bolivia, donde han quedado establecidos en sus respectivas constituciones, visiones basadas en la idea del “buen vivir” (mejor conocida como “Sumak Kawsay”, en la lengua aimara). Estas innovaciones culturales, morales, políticas e ideológicas han sido fundamentalmente nutridas por las cosmovisiones de los pueblos indígenas y afroamericanos, que  junto con la ciudadanía ha sido decisiva para el desarrollo de una sociedad incluyente, diversa y con reales oportunidades para el desarrollo adecuado del ser humano.

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* Presidente del Comité Ejecutivo Estatal de Morena Colima

revolucionpermanente12@gmail.com