Corrigiendo la plana #2

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Para esta segunda entrega, elegí fragmentos de la publicación hecha por el Diario de Colima durante los días de mi convalescencia, el 4 de junio de 2014, en el que se pone en entredicho la legitimidad de quienes integrábamos la huelga. Hoy, siendo quizás el primer día en que me siento al 100% de mi capacidad física (y tocando madera), es buen momento para emprender una análisis digno del investigador que (no) soy. Juzgue el lector. En esta ocasión, por cuestiones de espacio (y posiblemente de copyright), me limitaré a incluir solo fragmentos del texto original con el suficiente contexto lingüístico para que se entienda la frase. Los puntos suspensivos resaltan texto que removí Si el lector no tuvo acceso a, o quiere recordar el texto original, está disponible en línea en el sitio del Diario de Colima, o dando click sobre el título. El sistema es el mismo que el anterior, mis comentarios aparecen como notas al final del texto.

Lamentable que huelguistas se ostenten como investigadores

El coordinador general[1] de Investigación Científica … Alfredo Aranda Fernández, expresó que algunos[2] maestros huelguistas disidentes del SUTUC[3], que se ostentan como investigadores[4], demeritan la percepción social… “Con estas acciones[5] se mancha[6] la percepción que la gente tiene hacia los investigadores[7], y eso demerita[8], porque estamos[9] haciendo un esfuerzo, porque no es fácil, un esfuerzo gigantesco[10] por acercar la ciencia a la sociedad[11]”… en los últimos 5 ó 7[12] años… … (registrados) a menos en el nivel uno[13]… “Yo no dudo[14] que … (tengan maestrías)…según datos del Sistema Nacional de Investigadores… ninguno pertenece[15] a este sistema[16]”… no son investigadores … de un prestigio internacional y científico[17], por el hecho de que[18] no hacen investigación[19]”… consideró[20] que no es necesario “que necesiten o que tengan que[21] colgarse[22] de la parte de la investigación científica para los fines que ellos andan persiguiendo[23]”… sus acciones[24] sólo[25] generan un mal a la investigación científica[26] … nacional…la palabra científico, como actividad[27], no es algo que tenga [28]gran tradición en México y sus[29] acciones sólo la demeritan… “Me preocupa[30] y me molesta[31]…tengan que[32] recurrir a estas cosas[33]  para validarse… al investigador le gusta[34] generar soluciones… dentro de un marco de realidad[35] y de tratar siempre de estar basado en las evidencias[36]”… los profesores más jóvenes … no tienen doctorado[37]… …los huelguistas …no saben qué hacer[38] …analicemos con calma lo que se dice[39]… tratemos de buscar las evidencias[40]”… hay una manera[41] de constarlo[42], “es muy fácil[43] acceder a esa información… que se compruebe si hay o no publicaciones[44]”… …cualquier científico mínimamente activo está publicando[45].

Me quedo con la impresión de no saber a qué obedece este reportaje. Fuera de poner en entredicho la credibilidad de los huelguistas, y minar considerablemente la del autor (y más la del entrevistado), no entiendo en qué contribuye al supuesto debate. Como decía de manera jocosa un estudiante: “buen punto… y hablando de temas irrelevantes, ¿dónde quedó el dinero del FOSAP? A manera de conclusión, Permítaseme hablar ex cátedra, ya que esta de moda: hay dos cualidades ineludibles para ser investigador, y estos son inteligencia y honestidad; el poseedor de ambas no necesita mayores credenciales.

 

[1] La calidad de la redacción por lo regular no me preocupa, pero por tratarse de quien se trata, me permitiré decir que ésta deja mucho que desear. Hay mala puntuación, repeticiones innecesarias, referentes anafóricos vagos o inexistentes… y falta de coherencia resultante. He visto (o leído) peor. Pero este artículo está lejísimos de ser lo mejor que he leído. Desde la primera línea se detectan errores. En este caso, de puntuación. Los títulos se escriben con mayúscula inicial, al tener categoría de nombre propio. Por lo tanto: “Coordinador General”.

[2] Esta expresión muestra un periodismo sesgado o “tendencioso”, por su falta de especificidad. Si fuera algo serio sería bien preciso, e incluso daría los nombres de aquellos a quienes acusa de “ostentarse como investigadores”. Es probablemente error del periodista. Sería grave que el Director General de Investigación Científica no sepa la diferencia entre uno, algunos, la mayoría y todos. Por otro lado, más adelante hace referencia a quienes tienen doctorado y “a los más jóvenes”, o sea quienes tienen doctorado son dos: el Doctor Lara y el Dr. Gutiérrez Chávez, “los más jóvenes” somos dos más: Pedro Vidrio Pulido, y José Miguel Rodríguez Reyes. Si hace ya referencia directa a cuatro de los siete, entonces no somos “algunos” sino “la mayoría” (o la mitad, si se tomara en cuenta los ocho iniciales). No hace alusión a los otros tres o cuatro huelguistas.

[3] Esto es un pleonasmo, al mismo tiempo que una imprecisión. Pleonasmo si se asume que al estar en huelga manifestamos nuestra “disidencia” con respecto a la actual directiva. El movimiento de huelga, desde cualquier perspectiva y cualquiera que fuera su naturaleza implica disidencia. Por otro lado, no somos “disidentes del SUTUC”, como pretende declarar el reportero. Si disentimos en algo, no es con el SUTUC mismo, sino con la actual dirigencia ilegalmente instalada. Cuando Juárez defendió al país de la intromisión extranjera, no fue calificado (o creo que sí…) de “disidente de México”. El defender una institución de los embates ilegales no nos hace disidentes, sino sus defensores. Para precisar más, el SUTUC tiene principios y estatutos, con los cuales estamos completamente de acuerdo, la violación de los cuales ponemos en evidencia. ¿Quiénes son, entonces, los disidentes?

[4] “Ostentar” significa presumir. Pero “ostentarse” implica además que aquello de que se presume es falso. La frase “se ostentan como investigadores” incluye varias imprecisiones. Que ennumero aquí: 1 Yo nunca he ostentado ser aquello que no soy. No me ostento como doctor, aunque estudié mi doctorado en una institución conocida mundialmente que es la Universidad de Cambridge. Soy candidato a doctor. Si alguien omite la palabra “candidato” no me molesta ni corro a corregirlo, así como no corrijo a quien me dice “Miguel” a secas o me llama “Licenciado”, siendo que tengo tres maestrías, y me he titulado de dos en Inglaterra. 2. No “me ostento como”, sino que SOY INVESTIGADOR, a juzgar por a) mi nombramiento otorgado por la universidad misma en 2003 como Profesor e Investigador de Tiempo Completo, b) mi trabajo de investigación y participación en proyectos de los que Alfredo Aranda no está enterado c) mi maestría “en filosofía”, o MPhil, que la universidad de Cambridge otorga a quienes han adquirido las habilidades para investigar, en mi caso en el área de Lingüística Aplicada, d) mi reconocimiento como líder del CA24 de mi DES, e) mi labor como editor de la revista trilingüe académica de la Red de Cuerpos Académicos en Lenguas Extranjeras, Recale Journal, la cual agrupa a CAs de 20 universidades, f) mi labor como árbitro invitado de MEXTESOL Journal, g) mis estudios de un año de epistemología, (cuyo título no me fue conferido por tener ya una maestría de Cambridge) y en la cual obtuve notas de “first” y con la que adquirí el estatus actual. No “me ostento como”, SOY candidato a doctor por la misma universidad que vio desfilar a Isaac Newton, Erasmo de Roterdam, Charles Darwin, Stephen Hawking, Carlos Fuentes, Francis Crick y James Watson (Ambos merecedores al nobel por haber descubierto el ADN), así como de 85 premios nobel más. 3. Lo anterior lo digo sólo en el contexto de que se pone en duda mi legitimidad, pero a pesar de que soy investigador, nunca ando pregonando que lo soy. No ando siquiera pregonando ser “experto”,  “conocedor” o “científico”, o cualquier apelativo de ese tipo, como se me imputa. Si acaso he dicho, y esto ante mis alumnos, que “sé de lo que hablo” cuando se argumenta un punto falaz que la ciencia ya ha desbancado, pero que prevalece en la cultura popular. Sí he dicho alguna vez que soy “un estudiante eterno”, o alguien a quien le gusta saber cosas. Por tanto, me gustaría saber en qué se basa el autor del artículo, o Alfredo Aranda para decir que yo “me ostento” de aquello que no soy, en qué declaración mía se alcanza a atisbar una insinuación de tener algún crédito que no tengo.

[5] ¿Con qué acciones? Todo estudiante de periodismo sabe que no se puede hacer anáfora sin haber introducido el referente. No se ha mencionado nada aun respecto a las “acciones” a las cuales se refiere, asumiendo que el lector adivinará su referente. Si nos basamos en el texto “ostentarse como investigador” (sin serlo) sería la única acción (singular) de la cual podríamos hablar. ¿Se refiere, quizás, a la “acción” de estar en huelga de hambre? No queda claro. Pero lo que queda aún menos claro es “¿En qué, precisamente, “demerita” la “percepción social”? ¿En qué evidencias se basa? y ¿A qué “profesionistas” se refiere con “estos”? ¿A todos los investigadores? ¿O nada más a los que siendo investigadores se ponen a hacer huelgas de hambre?

[6] Es decir, como la santísima virgen maría, la percepción social de los investigadores “es inmaculada”, y la labor de los huelguistas “la mancha”…

[7] Como ya dije, no se precisa en qué. Pero lo más preocupante es ¿en qué evidencia se basa? ¿Existe algún barómetro que mida la percepción social acerca de los científicos a nivel estatal, o cuando menos en la ciudad de Colima? ¿Cómo se mide? ¿Cuáles son los indicadores? ¿En qué momento comenzó a descender dicha percepción? ¿Está seguro Alfredo Arandas de que no fue por causa de los que siendo científicos, no se pronunciaron, ni se han pronunciado en absoluto con respecto al movimiento sindical? Me gustaría conocer los datos a que tiene acceso el Coordinador General de Investigación Científica.

[8] Tomo nota de nuevas propiedades sintácticas del verbo “demeritar”.

[9] ¿Quiénes “estamos” haciendo un esfuerzo? No queda claro a qué grupo colectivo se refiere el sujeto implícito “nosotros”. Supongo que excluye a los huelguistas. Entonces, ¿a quién incluye? Supongamos que incluye a todos los científicos de México y el mundo, ¿existe algún juramento mediante el cual los científicos, académicos o investigadores del mundo se prohíban a sí mismos hacer huelgas de hambre?

[10] Me da gusto que hagan un “esfuerzo gigantesco”, aunque desconozco los particulares de este esfuerzo.

[11] ¿Se debe entender entonces, que la labor de un investigador es “acercar la ciencia a la sociedad”? ¿Qué no es esta la labor de los periodistas o los “divulgadores”? Los parámetros que menciona más adelante para definir a un científico, además de imprecisos, contradicen esta nueva visión, ya que los documentos de divulgación no son leídos por los verdaderos científicos, y muchas veces tampoco producidos por ellos. Por otro lado, si mi labor fuera divulgar (y no digo que no lo hago, ya que escribo bastante), entonces no veo en qué momento, bajo qué argumento, en qué punto mi trabajo “demerita” o “mancha” a los inmaculados investigadores de México y del mundo.

[12] Hay que ser preciso, como buen hombre de ciencia. Hace cinco años, yo estaba en mi segundo año de doctorado; hace siete, fungía como PTC de mi actual DES. Tenía en mi haber varias publicaciones arbitradas, y capítulos de libro, era Secretario de la Red de Cuerpos Académicos en Lenguas Extranjeras, tenía el Perfil Deseable de PROMEP, además de nivel 5 del ESDEPED. Pero sólo tenía estudios de maestría. Ese año (2007) fui admitido por la Universidad de Cambridge para el MPhil en Lingüística Aplicada, y desde entonces soy estudiante, luego estudiante, y ahora ex becario.

[13] Creo que el reportero no entiende la diferencia entre ser miembro del Sistema Nacional de Investigadores, y registrar los trabajos académicos. De lo que Alfredo Aranda sepa, queda claro, que no sabe gran cosa, o que ha escogido utilizar una retórica falaz, obviando puntos que son importantes.

[14] Más vale que no lo dude. De otra manera, estaría acusándonos también de ostentar títulos académicos de manera fraudulenta. Al mismo tiempo, estaría poniendo en duda el juicio de la Coordinación General de Docencia y de la Dirección General de Recursos Humanos, quienes han revisado nuestros expedientes.

[15] Tres comentarios: 1.- Hasta donde yo sé, ningún huelguista ha declarado ser miembro del SNI. 2.- La membresía al SNI, para que lo entienda el público, como la pertenencia a la Iglesia Católica, ni están todos los que son ni son todos los que están. Así como no se puede declarar que todos los católicos son cristianos (ya que hay asesinos y rateros entre ellos), tampoco se podría decir que ninguno de ellos lo es (ya que sí hay gente buena); así, el reconocimiento del SIN no prueba nada: hay miembros del SIN que no son investigadores (y conozco varios) y hay investigadores que no son miembros del SIN. Si algo habría que decir al respecto es que el SIN funge como órgano acreditador para quienes cumpliendo determinados requisitos, quieren recibir también el subsidio. Sin embargo, dado que el subsidio es alto, y el sistema dista de ser perfecto, se ha prestado a una prostitución, simulación y falsificación de documentos de proporciones fenomenales. 3.- Dados los requisitos mínimos del SNI (tener el grado de doctor + producción académica) sólo dos de los huelguistas podrían serlo, si quisieran. Tengo entendido que el Dr. Lara ya respondió por su cuenta. Del Dr. Gutiérrez Chávez puedo sólo adelantarles que aunque cumple los requisitos, como Secretario General del SUTUC desde hace varios años no ha sido ni su función ni su prioridad pertenecer al SNI. De los otros huelguistas, reitero el punto número 1 y agrego lo siguiente: sabe bien la institución que los becarios y exbecarios no tienen ni la obligación ni el derecho de participar en las convocatorias de PROMEP ni del SNI, por lo que en tanto que no me doctore, y hasta un año posterior a ello, podré aspirar a ese reconocimiento.

[16] Pleonasmo cacofónico horroroso.

[17] Vamos a tomar el toro por los cuernos, y tomarle la palabra al autor. Digamos que los profesores que no publican en las revistas indexadas, y que no pertenecen al SNI no pueden ser llamados investigadores. De acuerdo. Entonces, Alfredo Aranda, te faltó precisar que estás describiendo a la inmensa mayoría de los profesores de la Universidad de Colima, específicamente, a cuatro de cada cinco de los que tenemos nombramiento de Profesores e Investigadores de Tiempo Completo en esta institución. En mi DES (cuyo CA incluye a cinco PTCs más tres asociados), Aranda describe a la cuasi totalidad de los profesores (salvo un miembro, y este no soy yo). Con este dato, ¿debería darnos vergüenza tener un nombramiento que no honramos? El sesgo retórico elegido por Aranda parece explicar por qué el grueso de los PTCs se abstuvieron de pronunciarse, involucrarse, o incluso dar muestras de solidaridad a los huelguistas: no son investigadores, por lo que carecen de espíritu crítico, por lo que no tienen posibilidades (ni derecho, según Aranda) de manifestar su opinión, sobre todo si se trata de un tema que involucra a sus autoridades. Entonces ¿qué demerita más el trabajo de los investigadores? ¿El que la universidad de Colima emplee a cientos de ellos sin serlo, o que un grupo de ellos demuestre, no con su currículum, sino con sus acciones, que tiene aquello que todo investigador debería de tener: honestidad y pensamiento crítico?

[18] Confunde el reportero causa con efecto o premisa con conclusión. ¿No hacen investigación, por lo tanto no son investigadores? O, como dice ¿“no son investigadores (porque) no hacen investigación”?

[19] Ya dijimos que si mi investigación no está registrada en el SNI es porque no participo de ella. Sin embargo, a mí me preocupa que el Director General de Investigación Científica no investigue realmente acerca de lo que yo investigo, y declare públicamente que “no hago investigación” basado en una búsqueda rápida en una base de datos que, debería saber de sobra, no me va a tener registrado, en virtud de que desde que salí como becario hasta el momento actual, no atiendo esas convocatorias. Lo barajo más despacio, una persona me acusa de “no investigar” y se basa para ello en “evidencias” que ponen en entredicho sus habilidades como investigador. No viene al caso dar referencias a mis textos más recientes y no voy a explicar al Dr. Aranda cómo encontrar evidencia de mi trabajo porque quiero creer que sabe cómo hacerlo.

[20] Me da lástima ver un pronunciamiento en tercera persona, no tanto por las faltas de redacción, sino por la falta de valor de parte de Alfredo Aranda. Si se le forzara a responder, tiene todavía la salida de decir que “el reportero se equivocó”. A lo largo del texto tenemos verbos como “expresó”, “comentó”, “dijo”, “consideró”, “reiteró”, “explicó” “destacó”. Y me deja más confuso que al principio. Como ya dije, quizás el reportero se equivocó, aunque a casi tres semanas, ya habría tenido tiempo de corregir o matizar (y seguimos sin ver respuesta a la imprecación hecha por uno más de los huelguistas, el Dr. Jesús Lara). No me queda claro, entonces si se trata de una opinión (expresó, dijo…) o si se trata de un análisis de la situación (comentó, destacó…) o si bien se trata de un pronunciamiento, al estilo del Sumo Pontífice, o sea, hablando ex catedra: (explicó), en los cuales asuntos no se puede equivocar, en cuyo caso, huelgan los argumentos.  En este caso, el uso del pretérito da un efecto indeseado. ¿Quiere decir que ya no es el caso?

[21] No puedo resistir la tentación: “no es necesario que necesiten o que tengan que”, esto sí que es una joya de redacción digna de entrar al canon de redacción periodística como modelo. Ya en serio: “no necesitan” (dos palabras) es más preciso y conciso que las nueve emitidas.

[22] Colgarse… ¿Cómo los monos araña? Es decir, que nosotros nos “colguemos” de la ciencia, o más bien ¿Cómo los santos católicos? Es decir, que se nos cuelguen a nosotros los milagros… Supongo que se refiere al primer punto, porque si se trata de milagros, ya llevo tantos que me han colgado que lo único que sigue es que me canonicen en el infame libro de la herejía y me quemen con leña verde. Analicemos la expresión (no sin antes decir que difiero de manera categórica): “…no es necesario “que necesiten o que tengan que colgarse de la parte de la investigación científica…” En Cambridge, al celebrarse los 800 años se emitió un slogan: “sobre los hombres de gigantes”. Esto, para quien no lo entienda, se refiere a que todo científico necesita “colgar” su trabajo, o más precisamente “colgarse” del trabajo de quienes le han precedido. En términos que un estudiante tesista entiende: “se trata de no reinventar la rueda”. Entonces, claro que necesitamos colgarnos de la investigación científica, como hombre de ciencia, en TODO lo que hacemos, y no sólo en nuestro activismo social (aunque “la parte de” no sé a qué se refiere).

[23] Es interesante que en el artículo de más de 500 palabras no se menciona ni una sola vez, a no ser por alusión, cuáles son esos “fines que andamos persiguiendo”. En algún punto, los reiteraré.

[24] ¿Las acciones de Alfredo Aranda? Dado que no se habla en específico de qué acciones, en qué consisten, en qué demeritan a la comunidad científica, de parte de quién, etc. Me queda claro que esta declaración, por su bajísimo nivel de rigor científico sí que es una bofetada a la comunidad científica colimense, si no es que nacional; y al ser hecha por el mismísimo Director General de Investigación Científica, por supuesto que mina el prestigio de los investigadores de la Universidad de Colima ante la sociedad. Es más contundente esta declaración que el silencio de los cientos de investigadores adscritos a la institución (con pertenencia o no al SNI al respecto). Agrego que “sólo es mi opinión”, ya que “no tengo evidencia” contundente sobre este punto, excepto el sentido común.

[25] Es decir, ¿es todo lo que hacemos con nuestras acciones? ¿En qué se basa para hacer esa declaración? ¿Y las evidencias? En otro momento, me propongo hacer un recuento de lo que se logró, para que quede claro que este “sólo” no tiene ningún fundamento.

[26] Ahora se refiere a la investigación científica misma, y ya no a la percepción social. Me gustaría saber qué argumento le permite hacer este salto lógico, que en epistemología llamamos “non sequituur”, es decir, una conclusión sin validez dados los silogismos presentes. Dicho esto, me permito ennumerar mis acciones y me gustaría que se me aclarara cuál de ellas se interpreta como un ataque a la investigación misma. Pido disculpas por mi falta de inteligencia y/o ignorancia al no ser capaz de ver el vínculo entre una cosa y la otra:

  1. Ponerme en huelga de hambre
  2. Solicitar que se transparente el manejo de los recursos del FOSAP
  3. Pedir la restitución del líder del SUTUC, dado que su remoción fue ILEGAL.
  4. Denunciar la ilegal intromisión de la autoridad patronal en asuntos sindicales.
  5. Declarar que Luis Enrique Zamorano no nos representa, porque su ascenso como Secretario General es irregular.
  6. Decir que Luis Enrique Zamorano es pusilánime, no tiene argumentos, y sólo miente cuando hace declaraciones.
  7. Denunciar la traición que el Comité Ejecutivo Central del SUTUC encabezado por Zamorano hace de los intereses colectivos.
  8. Pedir al gobierno del estado y a las autoridades competentes que cumplan con el juramento que hicieron al tomar protesta “guardar y hacer guardar la constitución y las leyes que de ella emanen”.
  9. Escribir, con argumentos claros y completamente rebatibles (falsificables) mi postura con respecto al movimiento
  10. Abstenerme de entrar en debates acerca de la personalidad de mis interlocutores o aludidos.
  11. Abstenerme de insultar, utilizar un lenguaje vulgar, o desviarme del punto central del argumento.
  12. Denunciar actos de corrupción, hostigamiento, coerción, etc.
  13. Esperar civilmente a que los actores involucrados respondan, cumplan con la ley.
  14. Decir la verdad, o lo que creo que es mi verdad, basada en mis razonamientos, silogismos, argumentos, evidencias, etc, y esperar vanamente al diálogo de altura.

 

[27] Es decir, la palabra es una actividad… Y esta no tiene “gran tradición”. ¿La palabra o la actividad? Y eso qué tiene qué ver con la actividad de investigación?

[28] O sea, “la actividad científica no tiene gran tradición en México”.

[29] Tantos referentes catafóricos y anafóricos confunden al lector. Dado el sesgo del texto, supongo “sus” se refiere a los huelguistas, y no de los cienfíficos mexicanos o las de Alfredo Aranda.

[30] A mí me preocupa que un hombre que se dice científico tenga que recurrir a la descalificación (acto sumo de suicidio académico) para servir a su jefe; que tenga que inmolar su prestigio y credibilidad personales en el acto.

[31] Y me molesta que crea, o pretenda creer, que la huelga de hambre o que cualquier reclamo o activismo social necesite de “validación”. Fue coincidencia que quienes participamos en la huelga fuéramos académicos  y no personal administrativo o de servicios. Sin embargo, me cuesta trabajo creer, aunque esto es lo que parece indicar el argumento, que Alfredo Aranda cree que al poner en entredicho nuestra calidad como investigadores, nuestra causa se invalida. Incluso si llegar a demostrar que no sabemos ni leer, el reclamo sigue siendo válido. Si fuéramos un grupo de intendentes de la institución, según Alfredo Aranda, nuestra huelga no sería digna de consideración. Pero lo más preocupante es, y ya para concluir el comentario que el que se ostenta como el gurú de la investigación en Colima no presente argumentos válidos para lo que declara y que no se ocupe ni por asomo del tema central de la huelga de hambre: la falta de transparencia en la Universidad de Colima.

[32] Tranquilízate, Alfredo, no necesitamos recurrir a “estas cosas”. Por cierto, ¿a qué cosas te refieres, de nuevo?

[33] ¿Qué cosas?

[34] No hablemos de gustos, porque ni tú ni yo tenemos autoridad para hablar de los gustos de cada investigador. Mejor hablemos de obligaciones, derechos, funciones, o cualquier actividad que defina a los investigadores. El tema de gustos, preferencias y proclividades personales es un tema subjetivo y resbaloso. Me resisto a entrarle en ello. La frase, por lo tanto de que “a los investigadores les gusta” es falsa. Basta un ejemplo de uno de ellos (y hay muchos, créeme) a quien no le gusta eso que declaras, para demostrarlo.

[35] Es decir, que los huelguistas, o que el movimiento que representamos está “fuera del marco de la realidad”. Quisiera que se aclare en qué punto dejamos la realidad. ¿fue cuando pedimos que se respetaran las leyes que nos gobiernan a todos? ¿O fue cuando pedimos transparencia en el FOSAP? En ambos casos, estaría, no sin sarcasmo, de acuerdo con el autor: Pues ¿en qué mundo vivimos? Y ¿Cómo se nos ocurren esas excentricidades. ¡regresemos a la realidad! Como decía en algún momento mi director, con referencia a otro tema ¡Bájate de tu nube, Miguel, aquí es México! (y aquí te aclimatas o te aclimueres)…

[36] Me voy a permitir hacer una comentario largo sobre este punto, quizás por ser el más preocupante, viniendo de quien viene.

  1. No sé a qué ciencia se refiere cuando dice que el científico (debe) “tratar siempre de estar basado en las evidencias”. Ya que las ciencias son tantas, y sus metodologías difieren tanto entre sí  como difiere la naturaleza del fenómeno que pretenden estudiar. En algo estamos de acuerdo, y es que todo investigador se interesa por los temas de la sociedad. Basado en este punto de acuerdo, es forzoso concluir que el silencio no es aceptable para un investigador. Como yo dije desde un principio “yo no voy a quedarme callado”. Podremos estar mal o bien, pero cuando se trata de un tema tan relevante como este, es deber de todo investigador pronunciar su opinión, no sin antes haber meditado al respecto,  quizás utilizando los métodos de los que dispone, según su formación. Confucio alguna vez dijo “si ya sabes lo que tienes qué hacer y no lo haces, estás peor que antes”.
  2. Decir que “siempre” nos basamos en evidencia es una declaración preocupante, porque muestra una visión anacrónica y dogmática con respecto a lo que hace un hombre de ciencia. La perspectiva decimonónica (positivismo del siglo XIX) que si bien tuvo su utilidad, ha sido completamente rebasada por otras visiones que sustentan la labor científica, sin las cuales muchos de los paradigmas científicos actuales no serían posibles. Además, vale la pena agregar que ni la filosofía, ni las matemáticas, la física, la astronomía, y un sinnúmero de ciencias y disciplinas modernas (incluida la lingüística, y la lingüística aplicada que yo cultivo) tendrían mucho qué decir con respecto al mundo en que vivimos si se limitaran a declarar o hacer teorías sólo acerca de lo que se puede ver (evidencia), como sugiere Aranda. De hecho, algunas de ellas no existirían siquiera.
  3. Existe una percepción social de que el científico “anda buscando evidencia para sostener su teoría”. También existe otra percepción, mucho más prevalente de que “de la teoría a la práctica hay mucho trecho” que evidencia precisamente lo contrario, y que está más cerca de lo que ocurre en las ciencias. A la ciencia no le interesa la realidad, cuando menos no en el sentido estricto, dado que en la visión post-positivista, es difícil (si no imposible) definir a la realidad misma (ver nota 5). En virtud de esto, la ciencia se ocupa de explicar todo fenómeno del mundo el que vivimos de la manera más económica posible (utilizando el menor número de preceptos, al tiempo que pretende ser lo más incluyente que le sea posible). Un ejemplo muy claro sería la ley de la gravitación universal de Newton. Es cierto que Newton se basa en observaciones del mundo que lo rodeaba. Sin embargo, la ley pretende aplicarse al universo, y no sólo a las manzanas que se desprenden de un árbol, o a los objetos terrestres. La ley ha sido cuestionada, revisada, refinada, etc. Pero a más de tres siglos, se ha sostenido. Seguimos sin tener “evidencia negativa” (no sabemos en dónde la ley no aplica), y asumimos que mientras no llegue una versión contradictoria más convincente, la ley sigue siendo válida. Cuando los astrónomos, físicos y demás estudiosos del universo se aventuran a explicar los fenómenos que ocurren fuera de nuestra realidad evidente, asumen que las leyes de la física son universales, por lo que no necesitan de evidencia. Debo precisar que no es que la evidencia no sirva (a posteriori) sino que ésta no es un requisito ineludible para formular una hipótesis.
  4. El argumento anterior me lleva a precisar algo más. ¿Entonces, qué hace la ciencia? En este punto, me remito al pensamiento de Karl Popper, quien criticó el método científico y su obsesión empiricista. Popper introdujo el concepto del “falsacionismo” (falsifiability), de gran aceptación en la comunidad científica actual. De acuerdo con la visión popperiana, toda teoría, hipótesis o ley (o proposición) debe incluir en su codificación la cualidad inherente de que se pueda probar su falsedad. El concepto a veces se confunde con “falsificar”, que significaría cometer fraude, el concepto de “falsify” en inglés quiere decir que la búsqueda científica se debe centrar en comprobar la falsedad de las teorías existentes, y no en comprobar su validez. La validez o aceptación de una teoría, ley, o precepto se basa en su resistencia a los múltiples embates de que es objeto. Pongamos un ejemplo simple:
    1. Todos los perros tienen cuatro patas.
    2. Todos los perros tienen dos orejas.
    3. Todos los perros ladran.
    4. Los perros sanos que no han sido mutilados ni presentan malformaciones tienen cuatro patas, hocico, cola, y ladran.

La proposición “a” se sostendrá mientras no se encuentre un perro que tenga cinco o tres patas. La proposición “b” se sostendrá mientras no se halle un perro sin orejas. La proposición “c” se sostendrá mientras no se presente un perro mudo… en los tres ejemplos hasta ahora, se presentan hipótesis falsas. Sin embargo, al matizar (y por lo tanto reducir el universo de aplicación) “sanos que no han sido mutilados ni presentan malformaciones” (“d)” la hipótesis se fortalece (y se sostiene), al mismo tiempo que reduce su utilidad.

 

De la misma manera, cuando Noam Chomsky declara (desde 1957 en varios textos) que sólo hay una lengua humana, o más precisamente que los mecanismos básicos son comunes a todas las lenguas del mundo, y estas se diferencian sólo por su fonología y su lexicón así como detalles concretos o «parámetros» en la sintaxis… está esperando que los investigadores:

  1. Entiendan lo que quiere decir
  2. Entiendan las implicaciones que conlleva dentro de su disciplina
  3. Imaginen contextos de aplicación de esta ley en un contexto nuevo o piensen en argumentos que refuten la hipótesis y por lo tanto
  4. acepten o corroboren la hipótesis (el cúmulo de los cuales fortalece la teoría)
  5. publiquen su inconformidad (el cúmulo de los cuales, ayuda a la revisión de la teoría)

La creación de grupos de trabajo, disciplinas, escuelas de pensamiento, y la publicación de miles de artículos científicos, libros, y libros que explican estos libros, todo alrededor de ese pronunciamiento de Chomsky es evidencia de que la comunidad científica está funcionando. Si algún científico se hubiera atrevido a decirle a Chomsky “sólo te puedes basar en evidencia para hacer tu teoría”, entonces la lingüística aplicada ni siquiera existiría.

 

En el mismo tenor, la existencia del Bosón de Higgs se especula como una explicación al fenómeno de la existencia de masa en el universo. Se le ha llamado “la partícula de Dios” por esa razón. Sin embargo, lo que parece escapársenos de las manos es que su existencia fue propuesta en 1964, ha eludido a miles de científicos durante medio siglo desde entonces. Sin embargo, la falta de evidencia no limita a los científicos en su búsqueda. Podría dar más ejemplos, pero no quero extralimitarme.

 

  1. De hecho, la razón primordial por la que me integré a este movimiento del cual cada vez estoy más convencido es por mi formación post-positivista, popperiana, chomskiana, cartesiana. La ciencia funciona “al revés”, y es función de todo investigador buscar “demostrar la falsedad de lo que se asume como cierto” (mi interpretación), sin lo cual, la ciencia llegaría a un estado final de estancamiento. Para ello, un investigador honesto debe de estar dispuesto a cuestionar aun sus propias convicciones. En su versión extrema (la cual comparto), aún las teorías, axiomas, creencias, etc. de mayor aceptación pueden y deben ser cuestionadas. Un post-positivista cuestiona la realidad misma y no se toma muy en serio el concepto de verdad. Dado lo anterior, ¿cómo se puede esperar de Miguel Rodríguez que crea a pie juntillas, sin cuestionar, sin verificar, sin documentos probatorios, sin evidencia alguna las declaraciones de José Eduardo Hernández Nava? ¿Cómo puedo llamarme investigador si no muestro un grado mínimo de pensamiento crítico? Con la agravante de que la mayoría de los argumentos los entiende una vendedora de frituras del centro, ¿Cómo puedo no cuestionar una postura tan débil, como la de la actual rectoría? Y  ¿Cómo puede un investigador aventurarse a presentar una visión tan retrógrada de la ciencia que de practicarse realmente llevaría a su estancamiento? Quizás me faltó en algún momento declarar que de todos los argumentos que he adelantado, éste sería el único del que no me podría desprender, aunque me parece que es obvio. No van a hacer que Miguel Rodríguez mande de vacaciones su proclividad de cuestionar, porque no lo puede hacer ni por unos cuantos minutos, y eso lo sé yo mismo, y Dios y mi conciencia son testigos de que lo he intentado (porque no siempre es deseable). Si soy o no investigador, de acuerdo con los cánones de Alfredo Aranda, me tiene sin cuidado.
  2. La práctica de la ciencia y el activismo social no son mutuamente excluyentes. Asumiendo que hubiera hombres de ciencia a quienes el tema del FOSAP no interesara en lo absoluto (lo cual es difícil de sostener dado que no se necesita ser científico para defender tu dinero, y que siendo científico es imposible no cuestionar), no debemos caer en el argumento falaz de que ser investigador y participar en activismo social son dos conceptos de mutua exclusividad (o dicho de otro modo, que no se puede pertenecer a ambos conjuntos al mismo tiempo). Tampoco se vale hacer creer al público (también falazmente) que hay UNA MANERA, y solamente una manera de que nuestra participación pueda ser legítima. Decir que nuestro activismo debería de estar basado en evidencia incurre en una falacia circular absurda: Si carecemos de evidencia es precisamente porque no hay transparencia; argumentar que es requisito tener evidencia para solicitar transparencia es, por decir lo menos ridículo. El día que tengamos la evidencia, ese día dejaremos nuestras “acciones”. Y precisemos, además que aun cuando no tenemos evidencias contundentes, sobre todo con datos recientes en cuanto al FOSAP, sí se tiene evidencia jurídica con respecto a la actuación ilegal de la junta y de Luis Enrique Zamorano. Con respecto al FOSAP, hay suficientes datos como para justificar cuando menos la duda.

 

[37] Claro, y ese dato es verificable por muchos medios, ¿qué tal el listado de huelguistas publicado en tantísimos medios? En él aparece que Pedro Vidrio Pulico es maestro en ciencias (no doctor) y que José Miguel Rodríguez Reyes es maestro (no doctor). ¿Merece esta deducción de Alfredo Aranda el premio Nobel? ¿Le damos a Hugo Ramírez Pulido el premio Pulitzer por su suspicacia ante esta deducción?

[38] Tiene razón. A ese momento ya habíamos hecho todo lo que nos era humanamente posible. Lo único que restaba era esperar. La espera (y este remedo de reportaje) nos confirmó lo que ya sospechábamos, que no íbamos a obtener un diálogo digno de los implicados, mucho menos respuesta a nuestras demandas por este medio. No por ello se invalida nuestro movimiento, y los resultados (tema para otra ocasión) son de tomar en cuenta. En ningún momento, aclaro, llegamos a la desesperación. Pasamos de la indignación a la acción, a la esperanza, a la incredulidad, al enojo, a la reconsideración de estrategia… pero nunca nos hemos sentido “desesperados”. Creo que este texto, al igual que muchas otras acciones y pronunciamientos de la rectoría, muestran quién es el que está desesperado. Presentamos argumentos, nos responden con injurias, claro que eso duele. Pero no en donde debería de doler. Y el afectado no es otro que el perpetrador.

[39] Te estoy tomando la palabra

[40] Esa tarea te la dejo a ti. Espero algún día respondas de manera digna al cargo que ostentas. De otra manera, tú sí que lo desprestigias.

[41] ¿Y esta manera es la única? ¿Qué no debe agotar todo científico las posibilidades antes de pronunciarse en cualquier sentido?

[42] Tomo nota de creación de nuevo verbo con nuevas propiedades sintácticas.

[43] Hay muchas cosas “fáciles” en esta vida. Por lo regular, lo fácil es lo más sospechoso. “Fácil y ancho es el camino que lleva a la perdición…

[44] Todo investigador y también mis estudiantes tesistas saben que la “falta de evidencia no es evidencia de inexistencia”. Si voy a Pascuales y no veo ninguna ballena, no quiere decir que no hay ballenas en el Océano Pacífico. Dicho de otra manera, debería Aranda de saber que si no encuentro evidencias de su trabajo en la mismísima Bliblioteca del Congreso de los Estados Unidos (la más grande del mundo) no quiere esto decir, ni debería nunca interpretarse esto como evidencia de que Alfredo Aranda nunca ha publicado, y mucho menos de que no es científico (la lista de hombres de ciencia prominentes que nunca publicaron nada es extensa, y comienza con Sócrates mismo). Esto quiere decir sólo lo que quiere decir. Ahora bien, el SNI es un buen parámetro, respetable si queremos, pero el hecho de que alguien se haya ido por la salida “fácil” de sólo buscar allí evidencia una falta de disposición (o habilidad) para la búsqueda, por no decir más. Con frecuencia, mis alumnos de tesis regresan con la odiada frase “no hay nada” después de visitar la biblioteca. Yo los corrijo: debes decir “no encontré nada”. En resumen, la falta de habilidad o voluntad del investigador, o su falta de acceso a información no quiere decir más que eso.

[45] Digamos que es cierto. Me tomo la recomendación a pecho. Durante la huelga “publiqué” 27 textos (si se quiere no académicos). En mi vida académica he publicado unos 40, y pienso seguirlo haciendo. No cuento, a diferencia de muchos, las tesis de mis estudiantes, ni mis propias tesis, que son varias. Tampoco publico repetidamente el mismo material con título distinto ni permito que se use mi nombre sin haber yo contribuido realmente en una publicación (a menos que no me hayan preguntado a tiempo). Estoy de acuerdo en que, al menos para el sistema en el que trabajamos, la membresía en el SIN, y la publicación de nuestros trabajos en revistas indexadas, de impacto en la disciplina que cultivamos es una condición sine qua non de todo investigador. Es una recomendación válida para la inmensa mayoría de los PTCs de la Universidad de Colima que aún no llegamos a ese punto, y no sólo para los huelguistas. Esta recomendación, aunque no la necesito dado que tengo bien claros mis objetivos académicos, la tomo en serio, y me comprometo públicamente a incorporarme al SNI en cuanto me doctore y pueda participar en la respectiva convocatoria, en la primera oportunidad, ya que reúno los requisitos necesarios, exceptuando el título de doctor.